¿Donde están los de quinientos?
La verdad es que eso de que la Iglesia Católica es pobre es algo que ya les va resultando un tanto difícil de vender, de que la gente se lo crea. Aún tenemos fresco en la memoria el caso Gescartera a través del cual la Iglesia invirtió en la compra de valores unas cuantas decenas de miles de euros, cuando salta a los medios de comunicación que a unas monjas de un convento de clausura les han robado millón y medio de euros en billetes de 500 euros, 250 millones de las antiguas pesetas, esto fue lo que se dijo en un primer momento, luego se ha hablado de que se trata “solamente” de 400.000 euros, casi 67 millones de pesetas, que tenían escondidos en un armario en tres bolsas de plástico negras. Esto me recuerda les célebres bolsas del caso Malaya. A pesar de que las monjas han declarado que ese dinero era fruto de todos los ahorros de su vida, y eso que tienen hecho voto de pobreza, pienso yo, se podría decir, por el color de las bolsas, que se trata de “dinero negro”, pero esto son especulaciones que no conducen a nada y por tanto hay que desecharlas, no obstante no estaría demás, en beneficio de todos, que las monjas explicaran como se las han apañado para ahorrar tanto dinero y sobre todo, lo más llamativo, como la mayor parte de ese dinero estaba en billetes de 500 euros. Posteriormente se ha querido justificar la posesión de ese dinero por la venta de los cuadros de la célebre monja pintora que se halla recogida en dicho convento. Sería muy interesante que las monjas explicaran porqué ese dinero no se hallaba depositado en una institución bancaria y porqué la mayoría del dinero estaba en billetes de 500 euros, ya que se puede dar a entender que la compraventa de cuadros no se hizo siguiendo las cauces normales de lo que es un intercambio legal de dinero por un producto fuera este de la naturaleza que fuere.
En cualquier caso las monjitas han tenido suerte de que los ladrones no les hicieran ningún daño físico y moral, porque esto me recuerda otro caso ocurrido también en un convento donde los “cacos” entraron a robar y cuando se marcharon la madre superiora llamó a la policía y una vez se personó esta en el lugar de los hechos le preguntaron a la responsable del convento que es lo que había ocurrido. Antes de que la superiora pudiera responder, una monjita ya mayor llama la atención del policía tirándole de la chaqueta al propio tiempo que le decía: “Señor policía, nos querían envenenar”. La jefa del convento cortó a la hermanita pero esta insistió tanto con lo de “nos querían envenenar, que al final el inspector le dijo a la superiora: “Déjela, déjela que hable”. “Diga, hermana”: “Pues mire usted – le responde la vieja monja- uno de los ladrones no paraba de decir: ¿Porqué no les echamos unos “polvos” a las monjas? Nos querían envenenar, señor policía”. Tuvieron suerte de que “solamente” se llevaran millón y medio de euros.
No obstante esto creo que ha servido para que a todos aquellos que preguntan, y yo también, que donde están los billetes de quinientos euros, se les puede responder diciéndoles: “Los billetes de quinientos están en los conventos”. La rima me ha salido de casualidad.
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