El presidente se dio a la fuga
Por lo que estamos viendo se puede decir que ya vamos conociendo cual va a ser la norma a seguir por Mariano Rajoy, en lo que respecta a su gestión al frente del Gobierno, de momento se caracteriza por el hecho de dar cuenta a los españoles de todo aquello que les pueda afectar de forma muy seria y directa, mediante notas de prensa y no de comparecencias suyas ante los medios de comunicación para explicar el porqué de sus decisiones para llevar a cabo determinados “ajustes”, ahora ya no se les llama “recortes” porque suena muy mal, es muy posible que siguiendo la pauta marcada por Gallardón se les llegue a llamar “ajustes estructurales”, lo defino así, por aquello de la “violencia estructural” que dijo el hoy ministro de Justicia cuando habló sobre la mujer y el aborto.
En dos cuestiones tan importantes como son la Sanidad y la Educación en las que el Gobierno va a obligar a las autonomías a efectuar profundos “ajustes”, “recortes” o como se les quiera llamar pero que al fin y a la postre son para “jo…robar” a la ciudadanía, y que va a afectar en 7.000 millones de euros a Sanidad y en 3.000 millones a educación argumentando, en un intento por justificar lo que no tiene justificación ya que está claro que Rajoy y su equipo están dando palos de ciego, cada vez se nota más, argumentando, repito, sus ministros que esto, lo de la Sanidad, se hace por una mayor racionalización, eliminar duplicidades y mejorar la eficiencia de la gestión, esto, dicen, es para mejorar el sistema sanitario, “mejora” que llega a afectar hasta a los tratamientos de fertilidad que se van a restringir, o sea que critican el aborto porque atenta, según ellos, contra el derecho a la vida y por otro lado establecen unas normas quitando la posibilidad de que las parejas puedan someterse a un tratamiento de fertilidad para traer al mundo a esos hijos que la pareja desea y cuyo acceso a la vida ellos dicen defender. En cuanto a lo que pueda afectar a la Educación, no se dice nada, pero una cosa si está clara: Las tasas académicas van a subir, ir a la Universidad se va a poner como un artículo de lujo. Por tanto sería de desear que Rajoy se pronunciara sobre que va a pasar en la Educación, que por cierto, si va a mejorar el sistema y va a costar menos dinero, ¿por qué no lo hizo cuando él, Rajoy, fue ministro de Educación?
Otra muestra de que Rajoy, no está convencido de lo que va a hacer, si es que lo sabe, es el miedo “escénico” que le produce el presentarse ante los medios de comunicación, y se puede afirmar que es debido a que no tiene claro cómo va a gestionar y acabar con un problema, el de la crisis, que él, cuando estaba en la oposición nos quiso hacer creer que era muy fácil de lograr. Los que le seguimos de cerca no estamos extrañados de esa actitud ante la prensa, basta recordar aquella cantada suya cuando, estando en la oposición, le preguntaron cuáles eran sus medidas contra el paro y respondió, mirando un papel, que no podía contestar diciendo: “Es que no entiendo mi letra”. O sea que ni cuando lo lleva escrito puede responder a las preguntas de los periodistas. Dijo Rajoy el 30 de enero de 2011: “En dos años podemos arreglar la economía”. Es de suponer que se refería a 2012 y 2013, pero ahora, visto lo que dice, no se sabe de qué años se trataba, igual puede ser en 2019 y 2020 que en 2030 y 2031. En cualquier caso ese miedo “escénico” al que antes me refería le llevó a hacer el ridículo más espantoso cuando el pasado día 10 y ante una multitud de periodistas que le esperaban a la salida del hemiciclo del Senado, en lugar de dar la cara y explicar lo de los 10.000 millones de Sanidad y Educación, se dio media vuelta, salió huyendo y abandonó la Cámara Alta por la puerta del garaje. Mayor ridículo no se puede hacer. Quien huye algo teme y demuestra que es consciente de que lo que está haciendo no es lo correcto.
En dos cuestiones tan importantes como son la Sanidad y la Educación en las que el Gobierno va a obligar a las autonomías a efectuar profundos “ajustes”, “recortes” o como se les quiera llamar pero que al fin y a la postre son para “jo…robar” a la ciudadanía, y que va a afectar en 7.000 millones de euros a Sanidad y en 3.000 millones a educación argumentando, en un intento por justificar lo que no tiene justificación ya que está claro que Rajoy y su equipo están dando palos de ciego, cada vez se nota más, argumentando, repito, sus ministros que esto, lo de la Sanidad, se hace por una mayor racionalización, eliminar duplicidades y mejorar la eficiencia de la gestión, esto, dicen, es para mejorar el sistema sanitario, “mejora” que llega a afectar hasta a los tratamientos de fertilidad que se van a restringir, o sea que critican el aborto porque atenta, según ellos, contra el derecho a la vida y por otro lado establecen unas normas quitando la posibilidad de que las parejas puedan someterse a un tratamiento de fertilidad para traer al mundo a esos hijos que la pareja desea y cuyo acceso a la vida ellos dicen defender. En cuanto a lo que pueda afectar a la Educación, no se dice nada, pero una cosa si está clara: Las tasas académicas van a subir, ir a la Universidad se va a poner como un artículo de lujo. Por tanto sería de desear que Rajoy se pronunciara sobre que va a pasar en la Educación, que por cierto, si va a mejorar el sistema y va a costar menos dinero, ¿por qué no lo hizo cuando él, Rajoy, fue ministro de Educación?
Otra muestra de que Rajoy, no está convencido de lo que va a hacer, si es que lo sabe, es el miedo “escénico” que le produce el presentarse ante los medios de comunicación, y se puede afirmar que es debido a que no tiene claro cómo va a gestionar y acabar con un problema, el de la crisis, que él, cuando estaba en la oposición nos quiso hacer creer que era muy fácil de lograr. Los que le seguimos de cerca no estamos extrañados de esa actitud ante la prensa, basta recordar aquella cantada suya cuando, estando en la oposición, le preguntaron cuáles eran sus medidas contra el paro y respondió, mirando un papel, que no podía contestar diciendo: “Es que no entiendo mi letra”. O sea que ni cuando lo lleva escrito puede responder a las preguntas de los periodistas. Dijo Rajoy el 30 de enero de 2011: “En dos años podemos arreglar la economía”. Es de suponer que se refería a 2012 y 2013, pero ahora, visto lo que dice, no se sabe de qué años se trataba, igual puede ser en 2019 y 2020 que en 2030 y 2031. En cualquier caso ese miedo “escénico” al que antes me refería le llevó a hacer el ridículo más espantoso cuando el pasado día 10 y ante una multitud de periodistas que le esperaban a la salida del hemiciclo del Senado, en lugar de dar la cara y explicar lo de los 10.000 millones de Sanidad y Educación, se dio media vuelta, salió huyendo y abandonó la Cámara Alta por la puerta del garaje. Mayor ridículo no se puede hacer. Quien huye algo teme y demuestra que es consciente de que lo que está haciendo no es lo correcto.
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