No veo la diferencia
Todos los partidos democráticos exigen a Batasuna la condena expresa de los atentados terroristas y por tanto el cumplimiento íntegro de la Ley de Partidos como paso previo a su reconocimiento como una formación política legal.
Creo que en eso todos los demócratas de este país estamos totalmente de acuerdo. Desde al Partido Popular se está planteando de continuo esta cuestión para lo cual no digo que no estén legitimados, que lo están. Ahora, que sea Aznar uno de los más exigentes a la hora de pedir que Batasuna condene los atentados etarras es algo a lo que el ex presidente no tiene derecho ni está legitimado para sí demandarlo. No lo está por que quien como él decía, en abril de 2005, “estoy orgulloso de haber estado en la reunión de las Azores” y que, además, se sigue declarando abierto defensor de la guerra de Iraq, una guerra ilegal que ha costado la vida a más de 600.000 civiles inocentes, no puede estar legítimamente autorizado para pedir a otros que condenan la violencia cuando esa violencia se hace patente día a día en Iraq donde a diario mueren víctimas de atentados terroristas decenas de personas y él, Aznar, se siente “orgulloso” por eso y por de haber contribuido a masacrar a centenares de miles de ciudadanos iraquíes con su apoyo a ese “señor de la guerra” llamado George Bush.
Al parecer en su partido ya se han dado cuenta de que Aznar se equivocó y se sigue equivocando, con lo de Iraq, primero fue Fraga, después Del Burgo y últimamente el diputado Popular López Médel. Es más, un alcalde del PP de la provincia de Lugo ha ido más allá y ha acusado a Aznar de “criminal de guerra” “por apoyar la misión militar en Iraq”. Pero que nadie piense que estas críticas van a hacer mella en Aznar y que ello pueda significar el repudio de este por parte de sus compañeros de partido, no, ahí están los Acebes, Astarloa, Zaplana, Esperanza Aguirre y otros muchos que, al igual que lo está su jefe, se sienten también “orgullosos” de haber contribuido a masacrar a cientos de miles de inocentes.
Sí, hay que exigirle a Batasuna que cumpla la Ley de Partidos y que por tanto condene los actos terroristas perpetrados por ETA, pero también hay que demandarle a Aznar que reconozca públicamente que se equivocó al apoyar dicha guerra y que pida disculpas a los españoles por lo trágico y lo costoso, 191 muertos, que resultó para España su apoyo. Ese apoyo, del que se siente tan “orgulloso”, a una guerra basada en la mentira y en los intereses económicos de toda la familia Bush y sus amigos.
No veo la diferencia entre Batasuna y Aznar. Si la hay, que alguien me la explique.
Creo que en eso todos los demócratas de este país estamos totalmente de acuerdo. Desde al Partido Popular se está planteando de continuo esta cuestión para lo cual no digo que no estén legitimados, que lo están. Ahora, que sea Aznar uno de los más exigentes a la hora de pedir que Batasuna condene los atentados etarras es algo a lo que el ex presidente no tiene derecho ni está legitimado para sí demandarlo. No lo está por que quien como él decía, en abril de 2005, “estoy orgulloso de haber estado en la reunión de las Azores” y que, además, se sigue declarando abierto defensor de la guerra de Iraq, una guerra ilegal que ha costado la vida a más de 600.000 civiles inocentes, no puede estar legítimamente autorizado para pedir a otros que condenan la violencia cuando esa violencia se hace patente día a día en Iraq donde a diario mueren víctimas de atentados terroristas decenas de personas y él, Aznar, se siente “orgulloso” por eso y por de haber contribuido a masacrar a centenares de miles de ciudadanos iraquíes con su apoyo a ese “señor de la guerra” llamado George Bush.
Al parecer en su partido ya se han dado cuenta de que Aznar se equivocó y se sigue equivocando, con lo de Iraq, primero fue Fraga, después Del Burgo y últimamente el diputado Popular López Médel. Es más, un alcalde del PP de la provincia de Lugo ha ido más allá y ha acusado a Aznar de “criminal de guerra” “por apoyar la misión militar en Iraq”. Pero que nadie piense que estas críticas van a hacer mella en Aznar y que ello pueda significar el repudio de este por parte de sus compañeros de partido, no, ahí están los Acebes, Astarloa, Zaplana, Esperanza Aguirre y otros muchos que, al igual que lo está su jefe, se sienten también “orgullosos” de haber contribuido a masacrar a cientos de miles de inocentes.
Sí, hay que exigirle a Batasuna que cumpla la Ley de Partidos y que por tanto condene los actos terroristas perpetrados por ETA, pero también hay que demandarle a Aznar que reconozca públicamente que se equivocó al apoyar dicha guerra y que pida disculpas a los españoles por lo trágico y lo costoso, 191 muertos, que resultó para España su apoyo. Ese apoyo, del que se siente tan “orgulloso”, a una guerra basada en la mentira y en los intereses económicos de toda la familia Bush y sus amigos.
No veo la diferencia entre Batasuna y Aznar. Si la hay, que alguien me la explique.
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