Con plomo en las alas
Todos los del Partido Popular andan lanzando perdigonadas a la Justicia. Pero lo más grave de todas no ha sido la que le han lanzado Rajoy, Trillo y otros prebostes del PP. Lo de Trillo es esperpéntico. Resulta que un individuo que no debía seguir estando ejerciendo como político, mucho menos como parlamentario, ha pedido dimisiones. Trillo, el ministro del Yak-42, pidiendo dimisiones. Lo que hay que ver y oír. Lo más grave es que todo un vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial, Fernando de Rosa, haya puesto en tela de juicio la profesionalidad y honestidad de un juez que lo único que está haciendo es estar instruyendo un sumario sobre una trama de corrupción que cada vez va siendo más clara para los españoles. Pero no solamente lo ha hecho contra Garzón sino que también lo hizo contra el ex ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo. Pero lo peor de todo es que De Rosa se ha escudado en que lo ha hecho a título personal. No ha tenido la decencia de reconocer que por el cargo que desempeña no puede hacer este tipo de manifestaciones a título de nada. Y si como dice lo ha hecho a nivel personal cabe pensar que lo ha hecho observando una actitud partidista impropia y nada compatible con su cargo de vicepresidente del CGPJ. Pero lo más lamentable de esta actitud de De Rosa ha sido que desde el CGPJ no se le ha llamado al orden con la debida rigurosidad y firmeza, lo cual deja la puerta abierta para que todos los miembros del CGPJ, suponiendo que tengan la misma forma de hacer que De Rosa, ojala que no sea así, se manifiesten contra cualquier juez o cualquier fiscal que esté instruyendo o investigando cualquier asunto relacionado con la corrupción política , por que da la casualidad que ni De Rosa ni nadie del PP, han hecho comentario alguno en sentido peyorativo por las exitosas diligencias que el juez Garzón ha llevado a efecto en detenciones de narcotraficantes.
Sí, son muchas las perdigonadas que está recibiendo la Justicia. Pero es muy duro que alguna de ellas venga desde el CGPJ por medio de su vicepresidente. ¿Después de esto como vamos a confiar los españoles en la Justicia? Más que en la Justicia en algunos de los que la representan desde las más altas instancias. La Justicia lleva ya tanto plomo en las alas que va a ser muy difícil que pueda mantener el vuelo en plena libertad. Comenzaron por taparle los ojos y ahora le atan los pies.
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