¿Sabe alguien que es la UE?
La verdad es que en esta pasada campaña electoral las diferentes candidaturas no se han mostrado muy didácticas a la hora de dejar claro que es y que supone para los españoles la Unión Europea (UE). Se ha hablado de todo menos de Europa, de su unidad en todo lo concerniente a lo que conforma la vida, y la calidad de esta, de los ciudadanos europeos. La Unión Europea es la que marca las coordenadas que deben seguir los países asociados en todo lo concerniente a la actividad social, económica, medioambiental y en cualquier otro orden.
No es nada extraño que se hayan mostrado poco pedagógicos si tenemos en cuenta que muchos de los que iban en las listas electorales de los distintos partidos no creen en la Unión Europea, pero que por el contrario si creen en los 13.000 euros mensuales que se embolsan en su calidad de eurodiputados. Se puede ser un ignorante, pero nunca un tontorrón. Con respecto a esto último hay que decir que los tontos no existen y si los hay tienen poco de tontos teniendo en cuenta que a todos ellos les da por pellizcar el trasero a las señoras y por pedirle dinero a todo el mundo. Menudos tontos. Si esos eurodiputados euroescépticos son los que tienen que instruir a los ciudadanos europeos sobre que es y para qué sirve la UE, lo tenemos todos muy claro.
Pero esto no debe de extrañar a nadie, tenemos muy cercano el hecho de que después de más de treinta años de comunidades autónomas, la gente no sabe a quienes dirigirse cuando tienen cualquier problema o necesidad. De entrada se van a gritar frente a su ayuntamiento, la cercanía, desde al ayuntamiento le aclaran que eso es competencia del Gobierno autonómico, pero si la oposición municipal es del mismo signo que el que rige la comunidad autónoma, le dice a los ciudadanos que no, que eso es de competencia municipal. Otro tanto ocurre cuando la protesta llega al Ejecutivo comunitario, ahí les dicen que eso no le compete al ente autonómico sino que es obligación del Gobierno de España. Como se puede comprobar esto crea un confusionismo tremendo que en nada contribuye a que los ciudadanos sepan de quien depende la solución de aquello que demandan o reivindican. Buena prueba de todo esto, y por poner un ejemplo, nos la da el hecho de que cuando en Banco Central Europeo, fija, al alza, los tipos de interés, la oposición echa pestes sobre el Gobierno de la nación, cuando este, obligado por su calidad de socio de la UE, no tiene más remedio que asumir lo que al respecto se dictamine desde la UE.
Yo no sé si este tipo de cuestiones deberían entrar en los planes de estudio a partir de la ESO, pero está claro que lo que no enseñen los maestros a sus alumnos en los colegios no se lo van a enseñar los políticos. El hecho es palpable y lamentable.
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