Yo apoyaría Camps
Como valenciano casi me veo en la obligación de apoyar a Camps, en esa tarea para conseguir el máximo posible del nuevo modelo de financiación de las comunidades autónomas. Pero, hay dos “peros”, no me siento muy motivado para prestarle ese apoyo en tanto en cuanto estoy viendo como Camps utiliza el nuevo modelo para hacer demagogia y echar más leña al fuego en su insensata conducta de cargar las tintas contra el Gobierno de Zapatero para ocultar el fracaso de su gestión económica, una gestión más propia de un manirroto que de un gobernante responsable a la hora de administrar el dinero de los contribuyentes. No se puede comenzar a gritar cuando ni tan siquiera se sabe el dinero que le va a corresponder a nuestra comunidad. Esto le delata. El segundo “pero” se fundamenta en el hecho de que el nuevo modelo de financiación dictamina que el 80% de los recursos del modelo se destinarán a la financiación de los servicios públicos fundamentales –educación, sanidad y servicios sociales- y son precisamente estos tres servicios los que peor funcionan en la Comunidad Valenciana. Aquí tenemos 25.000 alumnos escolarizados en barracones, falta de hospitales y centros de salud, en este apartado de sanidad la cosa anda tan mal de dinero que en un hospital de la vega Baja del Segura, en Alicante, los enfermos llevan más de veinte días sin aire acondicionado soportando temperaturas de más de 32 grados y no hay forma de solucionar el problema, en cuanto a Servicios Sociales, la atención a los menos favorecidos, tanto en el aspecto físico o síquico, así como en el económico, el abandono es total, y no digamos la puesta en marcha de la Ley de Dependencia, eso aquí, en la CV, es una utopía.
Claro, yo daría mi apoyo a Camps, si no tuviera la manía de gastarse el dinero en circuitos de Fórmula 1 y en regatas para millonarios –la Copa del América, la Volvo Ocean-. La educación, la sanidad, los servicios sociales, son aspectos sociales que no le preocupan a Camps y como muestra de ello puedo citar la dinámica que emprendió en 2008, cuando en febrero de ese año el Consell de Camps, decidió recortar 20 millones de sanidad, 6 de vivienda, 1,2 de agua para pagar gastos diversos. Cosa que se repitió en 2009, cuando en el mes de abril –se ve que es una medida cíclica- el Consell recortó 25 millones de euros de asistencia sanitaria para afrontar sentencias judiciales. No hubo recortes presupuestarios en todo lo relacionado con las obras de infraestructuras de la Copa del América, de la Volvo Ocean o del circuito de Fórmula 1, al contrario, sus presupuestos fueron ampliados, hubo recortes en el área de la sanidad pública y en vivienda. Esto no me lo he inventado yo, esto lo denunciaba el diario Información de Alicante el 14 de febrero de 2008 y el 17 de abril de 2009.
Se comprenderá perfectamente que con semejantes antecedentes uno no se sienta obligado a apoyar a Camps en su tira y afloja con el dinero dada la forma en que lo emplea. De no cambiar Camps, a mí, como valenciano, me importa un pimiento que nos puedan dar más o menos dinero para después emplearlo en caprichos y en fastos que no mejoran, en absoluto, la calidad de vida de los valencianos.
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