El embarazo puntúa
Para contrarrestar la Ley del Aborto el Consell valenciano presidido por Camps, creó la Ley Autonómica de Protección a la Maternidad. Una de las primeras consecuencias de esta ley ha sido la de que las mujeres embarazadas se van a beneficiar cuando soliciten plaza escolar para sus hijos en las escuelas a partir del próximo cuatro de mayo. La Consellería de Educación ha decidido que: “Los alumnos cuya madre se encuentre en estado de gestación se beneficiarán de una puntuación idéntica a la que obtendrían si ya hubiera nacido su nuevo hermano o hermanos”, si se diera la circunstancia de que se tratara de una gestación múltiple. Las familias que esperen un bebé podrán sumar desde 0,5 puntos hasta más de cinco.
Visto lo anterior hay que decir que gracias a ese futuro hermano, un niño/a podrá optar y conseguir un puesto escolar y que gracias a ese embrión será “dignamente” escolarizado en un barracón de chapa, 25.000 alumnos valencianos lo están ya, no tendrá comedor escolar, se encontrará sin profesor de inglés y en cambio le obligarán a estudiar Educación para la Ciudadanía en inglés, podrá acceder a “disfrutar” de una semana, en todo el curso, de aprendizaje del chino mandarín, eso si le toca en suerte uno de los diez colegios de la Comunidad Valenciana en los que se darán estas clases. Se verá también en la desgraciada circunstancia de que cuando su profesor esté de baja por enfermedad y no sea, como es habitual, sustituido, estará sin profesor hasta que Dios disponga, tampoco podrá desarrollarse en el aprendizaje a través de los medios informáticos establecido por convenio entre el ministerio de Educación y las distintas comunidades autónomas porque el conseller Font de Mora ha dicho que esto es peligroso y que los niños valencianos pueden quedarse ciegos. Todo ello siguiendo las prácticas habituales de la Consellería de Educación de la Generalitat Valenciana. Esto es lo que obtendrá un niño/a valenciano por el hecho de que gracias su hermano, el embrión, ha obtenido un puesto escolar. Como soy abuelo de trillizos pienso que esta ley nos ha llegado tarde a la familia porque si hubiera estado en vigor cuando mi nuera estaba embarazada de los tres, a mi nieta mayor le hubieran dado un colegio para ella sola por el hecho de sus tres hermanos embrionarios. Le hubieran dado más puntos que a un torero cogido por el toro. Lo que son las cosas, hasta ahora a la embarazada solo se le daban puntos cuando el ginecólogo empleaba el bisturí para propiciar una mejor salida de la criatura del cuerpo materno, hoy ya se le dan para escolarizar a sus hijos. En cualquier caso un puesto escolar, aunque sea en un barracón, bien vale el traer un nuevo ser a la vida el mantenerlo, criarlo después, ya es problema, y que problema, de la familia. De todos modos la familia siempre se podrá acoger a aquello que dice: “Creced y multiplicaos” que es tanto como decir: “Creced, multiplicaos y que cada cual se las apañe como pueda”. No obstante, y esto lo digo muy en serio, hay que reconocer que la oferta de Camps, es muy atractiva para fomentar la natalidad, 0,5 puntos son muchos puntos. Se puede hacer bueno eso de que ese niño/a viene con una silla y un pupitre debajo del brazo.
Visto lo anterior hay que decir que gracias a ese futuro hermano, un niño/a podrá optar y conseguir un puesto escolar y que gracias a ese embrión será “dignamente” escolarizado en un barracón de chapa, 25.000 alumnos valencianos lo están ya, no tendrá comedor escolar, se encontrará sin profesor de inglés y en cambio le obligarán a estudiar Educación para la Ciudadanía en inglés, podrá acceder a “disfrutar” de una semana, en todo el curso, de aprendizaje del chino mandarín, eso si le toca en suerte uno de los diez colegios de la Comunidad Valenciana en los que se darán estas clases. Se verá también en la desgraciada circunstancia de que cuando su profesor esté de baja por enfermedad y no sea, como es habitual, sustituido, estará sin profesor hasta que Dios disponga, tampoco podrá desarrollarse en el aprendizaje a través de los medios informáticos establecido por convenio entre el ministerio de Educación y las distintas comunidades autónomas porque el conseller Font de Mora ha dicho que esto es peligroso y que los niños valencianos pueden quedarse ciegos. Todo ello siguiendo las prácticas habituales de la Consellería de Educación de la Generalitat Valenciana. Esto es lo que obtendrá un niño/a valenciano por el hecho de que gracias su hermano, el embrión, ha obtenido un puesto escolar. Como soy abuelo de trillizos pienso que esta ley nos ha llegado tarde a la familia porque si hubiera estado en vigor cuando mi nuera estaba embarazada de los tres, a mi nieta mayor le hubieran dado un colegio para ella sola por el hecho de sus tres hermanos embrionarios. Le hubieran dado más puntos que a un torero cogido por el toro. Lo que son las cosas, hasta ahora a la embarazada solo se le daban puntos cuando el ginecólogo empleaba el bisturí para propiciar una mejor salida de la criatura del cuerpo materno, hoy ya se le dan para escolarizar a sus hijos. En cualquier caso un puesto escolar, aunque sea en un barracón, bien vale el traer un nuevo ser a la vida el mantenerlo, criarlo después, ya es problema, y que problema, de la familia. De todos modos la familia siempre se podrá acoger a aquello que dice: “Creced y multiplicaos” que es tanto como decir: “Creced, multiplicaos y que cada cual se las apañe como pueda”. No obstante, y esto lo digo muy en serio, hay que reconocer que la oferta de Camps, es muy atractiva para fomentar la natalidad, 0,5 puntos son muchos puntos. Se puede hacer bueno eso de que ese niño/a viene con una silla y un pupitre debajo del brazo.
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