Una relación platónica
La de conjeturas y comentarios, a cuál de ellos peor intencionado, que ocasionó y sigue ocasionando, una simple foto en la que se veía a Correa y al Bigotes, puestos de tiros largos en la boda de la hija de José María Aznar con Alejandro Agag. En su día hubieron comentarios en los que se venía a sacar en conclusión que estos dos implicados en el caso Gürtel no habían sido invitados a la boda sino que se habían colado de rondón, pero había una evidencia que echaba por los suelos esta situación y esta no es otra que Francisco Correa “Don Vito”, firmó como testigo de la boda y esto no podía hacerlo cualquiera que se hubiera colado en la boda si no alguien con lazos de amistad muy profundos. Como consecuencia de esto de la firma se empezó a especular con que si existía algún tipo de relación de negocios entre Correa y Agag y que por ello este último estaba también implicado en la trama. Ha tenido que ser su suegra, Ana Botella, la que ha salido en defensa de Alejandro Agag y ha dejado bien claro que este no aparece en “ningún caso” el sumario del caso, ni como imputado. Evidentemente si no aparece en el caso mal puede estar imputado, aunque según informa El Plural, Agag está vinculado al sumario porque al parecer el yerno de Aznar pagaba el alquiler de una oficina vinculada a Correa y a su íntimo amigo Jacobo Gordon.
En cualquier caso la suegra ha intervenido en su favor y ha dejado bien claro, así lo deduzco, que la relación de negocios entre Correa y su yerno fue meramente platónica.
En cualquier caso la suegra ha intervenido en su favor y ha dejado bien claro, así lo deduzco, que la relación de negocios entre Correa y su yerno fue meramente platónica.
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