Cuando los zorros se reúnen
Cuando los zorros se están reuniendo para modificar y endurecer las directrices del Pacto de Toledo; cuando se congelan las pensiones; cuando se rebaja el sueldo a los funcionarios; cuando hay empresarios que dicen que los trabajadores tienen que trabajar más y cobrar menos; cuando se van a ampliar los años de jubilación; cuando se quieren ampliar los años de cotización para el cálculo de la pensión y cuando todo pinta muy mal para los españoles de a pie, resulta que van los del PP y se cabrean, y se rebotan porque las Cortes de Castilla La Mancha han aprobado que ningún diputado que sea senador pueda cobrar más de un sueldo como actualmente lo hace la números dos del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, que cobra 254.000 euros anuales por la suma de varios cargos. Los del PP no han ocultado el enojo que esto les ha producido y han tachado este acuerdo de “ilegalidad”, de “cacicada” y de “cacería política”, hasta tal punto se irritaron que se marcharon del Pleno sin votar.
La verdad es que suele ocurrir que cuando a quien mucho tiene se le toca el bolsillo el individuo en cuestión suele sublevarse, en cambio aquel que tiene lo justo para ir tirando, cuando lo tiene, suele quejarse menos porque tan acostumbrado está a perder que le sienta mal cuando gana, si es que gana alguna vez. De todos modos yo no veo mal, como pensionista que soy, la congelación de las pensiones como ha decretado el Gobierno, decreto al que se le une el intenso frío que nos azota lo cual contribuye sin duda alguna a que las pensiones no se “echen a perder” y se “conserven bien” pues sabido es que los alimentos congelados, y las pensiones son la base alimentaria para los jubilados, suelen durar mucho cuando se congelan, dado lo cual tenemos pensiones hasta que nos toque la hora de dejar este mundo cruel. Bueno lo de que las pensiones son la base alimentaria es un decir pues en muchos casos es una plataforma un tanto débil dada la cuantía de la pensión. Es como cuando los ingenieros técnicos, los aparejadores de siempre, no calculan bien el peso que tiene que soportar la estructura de un edificio, pero en el caso de Cospedal y de unos cuantos “afortunados” más, los cálculos van muy por encima de las necesidades. Vamos, que pueden aguantar lo que le echen. Mientras tanto recordemos aquello que dice: “Reunión de zorros, perdición de gallinas”.
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