Rajoy se siente frustrado
El apoyo que el PP ha dado al Gobierno en el caso de los descontrolados controladores se puede resumir en esta frase: “Si buscas una mano dispuesta a ayudarte…la encontrarás al final de tu brazo”. Es evidente la enorme frustración que tanto Rajoy como sus corifeos han experimentado ante la rapidez con que el Gobierno ha solucionado el plante de los controladores. Como cierto es que a Rajoy y los suyos les habría gustado que la cosa se hubiera prolongado unos cuantos días más. Esta brillante intervención del Gobierno se lo ha impedido pero ahora siguen con la patética cantinela de pedirle responsabilidades al Ejecutivo presidido por Zapatero, cuando todos los españoles se han pronunciado sobre a quién hay que adjudicarle le responsabilidad de tan repulsiva actitud, a los controladores, incluso el mismo Rajoy así lo ha reconocido, pero la verdad es que en el PP no pueden pasar un día sin alimentarse de carroña. Para ellos es un manjar.
Ha dicho Rajoy, en una de esas “brillantes” frases a los que nos tiene acostumbrados, que ”sobran motivos para que la gente se pregunte si hay alguien gobernando en España”. Hombre, yo no sé si la gente se ha dado cuenta en este caso concreto de si hay o no hay gobierno en España, pero si hay que decir que aquellos a quien interesaba que se dieran cuenta de que sí hay Gobierno, se han enterado y además muy bien. Es más, les ha servido para ponerse bien de salud todos aquellos que se dieron de baja médica. El decreto del Gobierno les ha sentado muchísimo mejor que cualquier pócima. Ha sido mejor que el bálsamo de Ferrabrás.
A nadie se le escapa que el convenio aprobado en 1999 entre los controladores y el Gobierno de Aznar, siendo ministro de Fomento Álvarez Cascos, fue el polvo que ha traído estos lodos. La “bajada” de pantalones del Ejecutivo de Aznar, para que estos señoritos no les causaran problemas fue la que ha provocado que el convenio de 1999, finalizado en 2004, no se haya podido renovar ya que las exigencias de los controladores han sido en todo momento muy altas, mucho más altas de las que ya lo fueron cuando llegaron a un acuerdo con Cascos, que firmó el pagarles las horas extras un 300% más que el precio de las normales y además les dio manga ancha en todo lo relacionado con sus distintos derechos laborales y de régimen interno, entre ellos la formación y designación de nuevos controladores.
Creo que la medida del Gobierno ha sido acertada porque había un colectivo que creía que tenía la sartén por el mango en la cual “cocinaban” a cientos de miles de ciudadanos y que ahora se ha quedado solo con el mango.
Resulta penoso el argumento de Rajoy cuando dice que el Gobierno ha improvisado para resolver este caso. Si improvisar es usar los mecanismos legales que a un Gobierno le ofrecen la Constitución y las leyes y además con la celeridad y diligencia que el caso requería, si eso es improvisar, solo me queda darle un ¡viva! a la improvisación.
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