Hacia una España Mejor

lunes, enero 24, 2011

¡Que alguien haga algo!


Estimado futuro jubilado: Si como es normal estará usted haciendo planes sobre como pasar el tiempo una vez que haya acabado su vida laboral, sobre todo para “matar” esas largas tardes, la mañana siempre es más corta, me permito aconsejarle que no incluya en esos planes el sentarse ante el televisor para a la vez que le sirva de distracción le sirva también como un elemento instructivo porque no lo va a conseguir. Actualmente está usted en activo, trabajando, y no habrá tenido muchas ocasiones de ver lo que por las tardes nos “echan”, nunca mejor dicho lo de “echan”, algunas emisoras de televisión que encima se jactan de ser líderes en audiencia. Puede que se lo hayan contado pero cuando usted lo vea en vivo y en directo se dará usted perfecta cuenta de que nunca pudo usted llegar a pensar que un invento tan prodigioso como es el televisor pudiera servir para ofrecer a los televidentes unos programas que calificarlos de malos, vulgares, lamentables y deprimentes sería un canto de alabanza hacia los mismos.
Se encontrará usted con programas en que sale un grupo de presentadores colegiados, en los que uno del grupo es el presentador o presentadora y los otros son colaboradores. Este grupo se dedica a “poner verde” a todo el que pilla por delante y dan detalle de la vida, milagros y desgracias de aquel que esa tarde haya caído en el punto de mira del grupo colegiado, grupo que dicho sea de paso la mayoría de los que lo forman tienen mucho porque callar, pero como es sabido, querido futuro jubilado, ningún jorobado se ve su espalda. También se puede usted encontrar con programas donde hay ciudadanos que van a contar lo que pasa en el seno de su familia y nos aburren con sus relatos, relatos que deberían ser motivo de comprensión y de despertar en nosotros un sentimiento de solidaridad pero que dada la forma y lugar en que los exponen lo que producen, en la mayoría de los casos, es un cierto divertimento, por no decir que el verlos hace que nos entre la risa floja, ya que sus problemas, sus intimidades, se pueden hablar y dilucidar en el seno de su hogar y no en presencia de media España generando lástima y risa a la vez creando una situación tragicómica.
Pero eso sí, tendrá usted ocasión de ver el poder y la fuerza de los medios de comunicación, principalmente el de la “tele”, y podrá ver en vivo y en directo como la televisión es capaz de convertir un cardo borriquero o un tronco de alcornoque en un rosal y además hacernos creer que las rosas huelen bien y son unas auténticas rosas reales, cuando en realidad se trata de un cardo borriquero que por mucha altura que alcance a nadie le dice nada, pero, ¡oh! maravilla, ese cardo borriquero produce beneficios millonarios. Eso le asombrará a usted y podrá observar tarde a tarde como ese vegetal, que no hay quien se lo trague, salvo aquellos que tengan unas tragaderas “todo terreno” va creciendo y creciendo. Ya dijo el torero que “hay gente pa tó”. Por tanto querido futuro jubilado, le aconsejo, como antes le he dicho, que lo de la tarde, lo de la mañana tampoco es muy recomendable, de la “tele” lo piense usted bien y vea la forma de cómo se las ingenia para “matar” esas largas y aburridas horas entre el medio día y el anochecer.
Es de esperar que todo esto no sea culpa de los trabajadores y de los pensionistas porque últimamente son estos los culpables de todos los males habidos y por haber. Deseo que después de leer estos consejos que me he permitido darle se una usted a mí y gritemos: ¡¡Que alguien haga algo!!