Hacia una España Mejor

jueves, julio 14, 2011

Es peligroso asomarse...

“Es peligroso asomarse al exterior estando el tren en marcha”. Este rótulo se hallaba en todos los vagones de pasajeros de aquellos antiguos trenes que circulaban, hace años ya, por las líneas férreas españolas.
He recordado esta advertencia a los viajeros porque viendo lo que le está sucediendo al juez Baltasar Garzón por intentar asomar a la luz pública los casos Gürtel y lo de la causa por las víctimas del franquismo, me da la impresión de que el juez Garzón en un intento por ver lo que pasa en aquellas instancias donde se cuece la corrupción y se intenta difuminar la represión franquista se ha asomado al exterior y se ha visto envuelto por la carbonilla y el humo que despide la chimenea de la vetusta locomotora, hasta el punto de que puede quedarse ciego y además mudo de tanto toser por el humo que está tragando procedente de los contaminantes detritus por la combustión del negro carbón.
De momento una cosa si es segura: El juez Garzón está impedido para efectuar cualquier movimiento. Las altas instancias judiciales así lo han determinado y con la suspensiones que estas han decretado, le han maniatado de pies y manos. La última actuación de esos entes jurídicos ha sido la de revisar, el Tribunal Supremo (TS), si la autorización del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que concedió al juez Baltasar Garzón para trasladarse a la Corte Penal Internacional con sede en La Haya (Holanda), para ocupar un puesto de consultor externo de la Fiscalía. No sé el alcance de este nombramiento en lo que a dar mayor o menor rango profesional se refiere tendrá, pero pienso, dentro de mi ignorancia, que no es un cargo cualquiera. En cualquier caso quiero pensar que esta intención de revisar el TS la autorización concedida por el CGPJ entra dentro de esa campaña de acoso y derribo y de cuasi persecución al juez Garzón que subyace en la mente de muchos ciudadanos españoles. Más valdría estar, la justicia, menos pendiente de agilizar administrativamente todo lo relacionado con el juez Garzón y ser más vivos y diligentes en todo lo relacionado con el caso Gürtel, que más bien parece el “caso Garzón”, y otros casos de corrupción que están proliferando en España como setas en el bosque. Eso sin olvidar hacer justicia con las víctimas del franquismo pidiendo en primer lugar que se derogue aquel vergonzoso documento de punto final que aprobaron las Cortes en una de sus primeras actuaciones “democráticas”. Actuación “democrática” o bajada de pantalones. Como cada cual prefiera llamarla. Aquel rótulo fijado en los vagones de los antiguos trenes sigue vigente: “Es peligroso asomarse al exterior estando el tren en marcha”.