Los fandangos del ministro
Cuando a través de la radio escuché al ministro de Educación, José Ignacio Wert, decir, en un intento por justificar la retirada de la asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC) que se trataba de unos textos, los de EpC, a través de los cuales se intentaba adoctrinar ideológicamente a los estudiantes ya que en los mismos se atacaba, según leyó el ministro, al capitalismo y se magnificaba al marxismo, desde mis cortos conocimientos de los contenidos de esta asignatura pensé: Eso que ha dicho es mentira, eso se hacía en los tiempos del franquismo con aquello del “sentimiento o espíritu nacional”.
Efectivamente acerté. Ahora resulta que en ninguno de los libros de EpC figuran estos párrafos citados por el ministro, ni otro tipo de contenido que puede resultar un elemento manipulador en la formación del alumnado. Los parágrafos que citó el ministro pertenecen a un libro escrito por cuatro personas y cuyo título es “Educación para la Ciudadanía, Democracia, Capitalismo y Estado de Derecho”, editado por Akai y que no está incluido en la asignatura de EpC como así lo ha aclarado la firma editora. Si este es el motivo o la excusa para retirar la asignatura de EpC, que se busque el ministro otras causas por que estas no cuelan.
Lo lamentable, lo inadmisible de este caso es que el ministro Wert, critique y retire una asignatura cuyo contenido no conoce, lo que da a entender, muy claramente, que esta asignatura se ha retirado por complacer a los obispos, que se mostraron contrarios a ella y en cambio pedían la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en los colegios, y algún motivo había que esgrimir para justificar tal retirada. Después de esto se hace más que necesario el cesar a este ministro por tan clamorosa como desafortunada cantata.
Honestamente he de decir que a mí nunca me ha gustado este personaje, siempre que le he visto hablar en radio o televisión me ha dado la impresión de que anda de “sobrao” por la vida y lo digo sin ningún tipo de animosidad personal sino bajo la sensación negativa que he experimentado cada vez que le he escuchado. La verdad es que quedé sorprendido y extrañado cuando le nombraron ministro de Educación, pues en mi opinión no se daban las circunstancias precisas para confiarle tal cometido. Es una apreciación mía tan respetable como otra distinta.
Se quiere dar a entender que el ministro ha sufrido un error, si esto es así el “patinazo” ha sido de los que sientan precedente a lo hora de calificar alguna actitud o actuación errónea que vaya más allá de cualquier error que como seres humanos todos podemos cometer, yo más que error lo tacharía de osadía alevosa y de falta de respeto a la inteligencia de los ciudadanos, en cualquier caso, ha quedado bien claro que no era una “monstruosidad” el que los alumnos estudiaran la asignatura de EpC y que la misma no es adoctrinante en absoluto, como bien claro ha quedado también el estilo del cante del ministro: Por fandangos.
Efectivamente acerté. Ahora resulta que en ninguno de los libros de EpC figuran estos párrafos citados por el ministro, ni otro tipo de contenido que puede resultar un elemento manipulador en la formación del alumnado. Los parágrafos que citó el ministro pertenecen a un libro escrito por cuatro personas y cuyo título es “Educación para la Ciudadanía, Democracia, Capitalismo y Estado de Derecho”, editado por Akai y que no está incluido en la asignatura de EpC como así lo ha aclarado la firma editora. Si este es el motivo o la excusa para retirar la asignatura de EpC, que se busque el ministro otras causas por que estas no cuelan.
Lo lamentable, lo inadmisible de este caso es que el ministro Wert, critique y retire una asignatura cuyo contenido no conoce, lo que da a entender, muy claramente, que esta asignatura se ha retirado por complacer a los obispos, que se mostraron contrarios a ella y en cambio pedían la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en los colegios, y algún motivo había que esgrimir para justificar tal retirada. Después de esto se hace más que necesario el cesar a este ministro por tan clamorosa como desafortunada cantata.
Honestamente he de decir que a mí nunca me ha gustado este personaje, siempre que le he visto hablar en radio o televisión me ha dado la impresión de que anda de “sobrao” por la vida y lo digo sin ningún tipo de animosidad personal sino bajo la sensación negativa que he experimentado cada vez que le he escuchado. La verdad es que quedé sorprendido y extrañado cuando le nombraron ministro de Educación, pues en mi opinión no se daban las circunstancias precisas para confiarle tal cometido. Es una apreciación mía tan respetable como otra distinta.
Se quiere dar a entender que el ministro ha sufrido un error, si esto es así el “patinazo” ha sido de los que sientan precedente a lo hora de calificar alguna actitud o actuación errónea que vaya más allá de cualquier error que como seres humanos todos podemos cometer, yo más que error lo tacharía de osadía alevosa y de falta de respeto a la inteligencia de los ciudadanos, en cualquier caso, ha quedado bien claro que no era una “monstruosidad” el que los alumnos estudiaran la asignatura de EpC y que la misma no es adoctrinante en absoluto, como bien claro ha quedado también el estilo del cante del ministro: Por fandangos.
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