Visto para sentencia
Ya ha sufrido el juez Baltasar Garzón su primer juicio, el del caso Gürtel, quien le iba a decir a Garzón, cuando comenzó a instruir el caso, que él sería el primero en ser juzgado por su relación con este escandaloso asunto, aún le queda otro juicio, el de “atreverse” a investigar los crímenes del franquismo, y si se diera el caso de que por este no le condenaran, que lo van a condenar, aún les queda a los inquisidores que le persiguen lo del posible cobro de las charlas que dio en los Estados Unidos.
Está claro que el Tribunal Supremo lo va a condenar por lo del caso Gürtel, hay que dar un escarmiento por si a cualquier osado que quiera ser consecuente y honesto con la profesión y por tanto con el trabajo que desarrolla se le ocurre, no ya meterse con la derecha, que en este país tiene mucho poder, intentando que esta pague por sus escandalosos actos de corrupción, si no meterse también a investigar los actos de barbarie que llevó a cabo el extinto dictador.
Ha seguido a través de la prensa y la televisión el desarrollo del juicio a Garzón y la verdad es que no me he escandalizado en absoluto, uno después de lo que sucedió en el llamado caso Naseiro, ya no se escandaliza por muchas barbaridades que pueda presenciar. En el caso Naseiro, los principales encartados, el propio Naseiro y Eduardo Zaplana, fueron “salvados por la campana”, la “campana” se hizo presente cuando los jueces que entendieron en el juicio de dicho caso dictaminaron que unas grabaciones que se habían hecho por decisión del juez que en primera instancia llevó el caso, el juez Manglano, fueron declaradas nulas, porque el tribunal consideró que no fueron ordenadas por un juez, por lo visto el juez Manglano era un “becario” o un “pasante”. La cuestión, el caso, acabó ahí, la derecha tal y como yo le veo, jugó muy bien sus cartas y no solamente consiguió parar el golpe sino que tuvo la habilidad para lograr que el caso Naseiro se convirtiera en el caso Manglano.
Está claro que Garzón será condenado, no sé si a 17 años de inhabilitación, como se ha pedido pero que será condenado en mayor o menor medida seguro. La derecha, una vez más, ha triunfado, es intocable. En el caso Naseiro consiguió, como antes he dicho, que se convirtiera en el caso Manglano y ahora esto quedará como el caso Garzón. El juez Manglano tuvo más suerte que Garzón y no fue juzgado y por tanto no fue “retirado del servicio” por lo de las escuchas telefónicas, pero de todos modos lo dejaron bastante “tocado” y sobre todo “advertido”, muy “advertido”, sin embargo en el caso de Garzón no se ha hecho lo mismo, lo han llevado hasta las últimas consecuencias, hasta sentarlo en el banquillo como a un vulgar delincuente, yo creo que la Justicia, en este caso concreto, se va a hacer un flaco favor a sí misma. Lo que sí está claro es que la derecha, una vez más, le ha dado la vuelta al calcetín, y ha conseguido que Garzón pase de héroe a villano. Aquí nadie ha tenido en cuenta que dos jueces, uno de ellos el juez Pedreira, que fue el que se hizo cargo del caso después de que Garzón lo dejara, avalaran las escuchas telefónicas, es más, Pedreira ordenó que se continuaran practicando, y ninguno de los dos ha sido acusado de cometer delito alguno. Puede que técnicamente lo haya, pero moralmente y para la sociedad en su conjunto, en este caso no lo hay.
En cualquier caso se ha demostrado que es peligroso conducir en sentido contrario. Visto para sentencia.
Está claro que el Tribunal Supremo lo va a condenar por lo del caso Gürtel, hay que dar un escarmiento por si a cualquier osado que quiera ser consecuente y honesto con la profesión y por tanto con el trabajo que desarrolla se le ocurre, no ya meterse con la derecha, que en este país tiene mucho poder, intentando que esta pague por sus escandalosos actos de corrupción, si no meterse también a investigar los actos de barbarie que llevó a cabo el extinto dictador.
Ha seguido a través de la prensa y la televisión el desarrollo del juicio a Garzón y la verdad es que no me he escandalizado en absoluto, uno después de lo que sucedió en el llamado caso Naseiro, ya no se escandaliza por muchas barbaridades que pueda presenciar. En el caso Naseiro, los principales encartados, el propio Naseiro y Eduardo Zaplana, fueron “salvados por la campana”, la “campana” se hizo presente cuando los jueces que entendieron en el juicio de dicho caso dictaminaron que unas grabaciones que se habían hecho por decisión del juez que en primera instancia llevó el caso, el juez Manglano, fueron declaradas nulas, porque el tribunal consideró que no fueron ordenadas por un juez, por lo visto el juez Manglano era un “becario” o un “pasante”. La cuestión, el caso, acabó ahí, la derecha tal y como yo le veo, jugó muy bien sus cartas y no solamente consiguió parar el golpe sino que tuvo la habilidad para lograr que el caso Naseiro se convirtiera en el caso Manglano.
Está claro que Garzón será condenado, no sé si a 17 años de inhabilitación, como se ha pedido pero que será condenado en mayor o menor medida seguro. La derecha, una vez más, ha triunfado, es intocable. En el caso Naseiro consiguió, como antes he dicho, que se convirtiera en el caso Manglano y ahora esto quedará como el caso Garzón. El juez Manglano tuvo más suerte que Garzón y no fue juzgado y por tanto no fue “retirado del servicio” por lo de las escuchas telefónicas, pero de todos modos lo dejaron bastante “tocado” y sobre todo “advertido”, muy “advertido”, sin embargo en el caso de Garzón no se ha hecho lo mismo, lo han llevado hasta las últimas consecuencias, hasta sentarlo en el banquillo como a un vulgar delincuente, yo creo que la Justicia, en este caso concreto, se va a hacer un flaco favor a sí misma. Lo que sí está claro es que la derecha, una vez más, le ha dado la vuelta al calcetín, y ha conseguido que Garzón pase de héroe a villano. Aquí nadie ha tenido en cuenta que dos jueces, uno de ellos el juez Pedreira, que fue el que se hizo cargo del caso después de que Garzón lo dejara, avalaran las escuchas telefónicas, es más, Pedreira ordenó que se continuaran practicando, y ninguno de los dos ha sido acusado de cometer delito alguno. Puede que técnicamente lo haya, pero moralmente y para la sociedad en su conjunto, en este caso no lo hay.
En cualquier caso se ha demostrado que es peligroso conducir en sentido contrario. Visto para sentencia.
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