Wert, consejero laboral
El pasado lunes tuve la tremenda satisfacción de escuchar, en Antena 3, al ministro de Incultura y de Malaeducación, José Ignacio Wert, en su primera intervención televisiva como consejero laboral. La cosa no ha trascendido mucho a la prensa escrita, al día siguiente, como es mi costumbre diaria, busqué en los periódicos y no encontré nada en ellos sobre el debut de Wert en este nuevo cometido. No ocurrió lo mismo en las redes sociales donde la cosa estaba que ardía, fue la comidilla del día. Como es sabido Wert aconsejó a los jóvenes que no eligieran estudiar una carrera por el simple hecho de que les gustase la materia, les conminó a ser prácticos y que se fijasen en aquellas que tienen mayores posibilidades a la hora de encontrar un trabajo. Eso en el supuesto de que quede alguna carrera por “descubrir”. Yo no sé si fue Wert al que se le ocurrió asar la manteca no obstante visto lo que hace y lo que dice es muy probable que fuera él quien tuvo tan disparatada iniciativa, pero esta “recomendación” del ministro-consejero laboral me ha recordado aquello que hace tiempo me contó un agricultor. Este campesino me decía que cuando llegaban las vísperas de sembrar cualquier producto agrícola él se iba al bar donde solían reunirse los agricultores y “ponía” el oído para enterarse de que es lo que cada uno de ellos iba a cultivar. Me contaba que hubo una ocasión en que en la temporada anterior las habas alcanzaron muy buen precio en el mercado y los campesinos que plantaron esta legumbre tuvieron unos buenos beneficios, esto provocó el que ese día en que mi amigo el agricultor fue allí a “pegar” el oído, la gran mayoría de los campesinos tenían decidido plantar habas. Ante esto mi amigo, que es un águila, pensó: “Todos van a plantar habas, pues yo plantaré alcachofas”. Y es que mi amigo se dio perfecta cuenta de que iba a producirse un verdadero “cosechón” de habas y que los precios estarían por los suelos. Como por los suelos estará esa carrera en la que según aconseja el docto Wert tienen que fijarse los estudiantes a la hora de buscar la que tenga mejores posibilidades para encontrar trabajo. La primera “cosecha” podría ser buena porque serían pocos los que eligieron ese “cultivo” pero sin duda alguna y ante los buenos resultados la gran mayoría de los universitarios elegirían la misma carrera dado lo cual obtendrían unos pobres beneficios. Hablando en términos modernos: El overbooking sería de tal magnitud que mucha gente, al igual que ocurre en los aviones, se quedaría en tierra. Está comprobado, este Wert no da una. “¿Porqué no te callas?”.
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