Hacia una España Mejor

domingo, noviembre 10, 2013

Es lo hora de los jueces

La anulación por parte del Tribunal Supremo del indulto que en su día el Gobierno concedió al “kamikaze” de la AP-7 refuerza lo que en uno de mis artículos publicado el pasado 22 de agosto decía con respecto al importante papel que deben desempeñar los jueces para poner un poco, más bien se necesita un mucho, de orden en este país que sin duda alguna y como consecuencia de las decisiones de los políticos gobernantes, va camino del estercolero. En aquel comentario y bajo el título de “Con la venia de sus señorías” les decía a los jueces lo siguiente. “Señorías, en sus manos está, tienen dificultades para hacerlo, me consta, el que en este país se restaure la decencia, sus señorías son el último bastión, la última fortaleza que le queda a este país para salvaguardar la decencia y el orden”. El escándalo que estalló el día en que el Gobierno concedió el indulto al “kamikaze” que había sido condenado a 13 años de cárcel y que venía romper la tendencia de que no se podría indultar a un “kamikaze” sin haber cumplido al menos la mitad de la condena, este solo estuvo diez meses en la cárcel, y el hecho de que se condenaba a este individuo a pagar una multa de 4.200 euros, por lo visto consideraban que la vida de una persona y más de una persona joven, no tenía más valor y si a esto le añadimos que el ministro de Justicia, Alberto Ruíz Gallardón, que por cierto quiero recordar que en el bufete de abogados que llevó la defensa del indultado trabaja o trabajaba un hijo suyo, dijo intentando justificar el indulto concedido por el Gobierno que el mismo se había otorgado por razones “humanas y sociales”, desafortunado alegato del ministro que no tuvo en cuenta a la familia del fallecido en el choque frontal en lo que respecta al daño que se le hacía al ver como no se hacía justicia a la víctima. Ante esto no es nada descabellado el pedir la dimisión de Gallardón, ante tan peregrina argumentación y la falta de sensibilidad “humana” del ministro de Justicia ante un hecho tan terrible por las circunstancias en que se produjo. Hay que recordar que el ministro del Interior reprendió a Gallardón por el indulto al “kamikaze”. A todo aquel, que como es mi caso, haya tenido la oportunidad de leer la sentencia que condenaba al “kamikaze” a 13 de años de prisión, sentencia en la que como es lógico se describía con todo detalle todo lo acontecido durante el largo periodo de tiempo y distancia que recorrió el condenado en dirección contraria, seguro que se habrá quedado presa del pánico, porque realmente el relato es de los que le ponen a uno los pelos de punta. Para mayor escarnio Tráfico anuló una multa al conductor suicida. Bien, muy bien, por esta decisión del Tribunal Supremo y aprovecho para pedir la total y absoluta independencia del Poder Judicial que en teoría la tiene pero que queda un tanto cuestionada si tenemos en cuenta que tanto los componentes del Consejo General del Poder Judicial, el que nombra a los jueces, como los del Tribunal Supremo son elegidos de forma directa e indirecta por los políticos y que para mayor abundamiento negativo los políticos, el Gobierno, es el que está facultado para dejar sin efecto las condenas que los jueces dictaminan. Así es muy complicado impartir justicia. El hecho de que el Gobierno no tuviera la facultad de conceder el indulto a un condenado no quiere decir que este quede indefenso puesto que siempre puede recurrir a más altas instancias judiciales y una de ellas es el Tribunal Supremo y el europeo de Derechos Humanos, ahí tenemos la sentencia de nulidad de la doctrina Parot. Yo creo que ya va siendo hora de que el tercer poder, el Poder Judicial, sea elegido del mismo modo que lo son el Poder Ejecutivo y el Legislativo, es decir de forma directa por los ciudadanos mediante el voto, y que pueda entender y ser consultado en todo aquello que pueda conformar las normas legales. Repito, buena, seria y consecuente la decisión del Tribunal Supremo. Los jueces y magistrados tienen mucho que decir y qué hacer para evitar que este país no se convierta en una porquería por culpa de unos cuantos políticos desnortados.