Los chistes del año
Con las declaraciones que hacen a los medios de comunicación los miembros del Gobierno y algún que otro personaje importante sea por una causa u otra, lo cierto y verdad es que en mi opinión y sobre todo por su parecido, se publica en papel, son los periódicos los que cada vez se asemejan más a una de esas revistas o tebeos de humor en los que principalmente se publican chistes. Al hilo de esto yo le daría la distinción de chiste del año a la ministra de “Desempleo”, Fátima Báñez, que, lo confieso con toda franqueza, no sabía yo que tenía un sentido del humor tan fino como desarrollado, un sentido del humor que supera a su incompetencia, que ya es decir. El caso es que la ministra refiriéndose a la recién aprobada reforma de las pensiones dijo que en el futuro su cuantía se ajustará a la variación de la esperanza de vida que haya cada cinco años. Como lo previsible es que la expectativa de vida aumente en el futuro, las prestaciones serán más bajas. Es decir, los pensionistas a los que afecte esta reforma, cobrarán menos. No obstante, y aquí está el chiste: “La ministra de Desempleo asegura que la prestación total percibida será similar a la de pensionistas anteriores dado que cobrarán menos cada mes pero durante más tiempo”. Lo buena de este “chiste” no es la gracia que más o menos pueda tener, sino que pone de manifiesto la capacidad de este Gobierno para poder predecir la esperanza de vida que tenemos todos y cada uno de nosotros, aunque es de esperar que hayan calculado el riesgo de si con las pensiones bajas esa “esperanza de vida” se puede ver reducida o no como consecuencia de cobrar una pensión de hambre. Es un riesgo.
Otro chiste muy bueno es que la justicia ha decidido registrar, un año después de que se hiciera “visible” el caso Bárcenas y casi dos meses después de que se detectara el presunto pago en negro al arquitecto que llevó a cabo la reforma en la sede central de los populares, para buscar documentación que pueda ser objeto de delito. Bueno el chiste ¿no? A buena hora mangas verdes. Ya vimos lo que ocurrió cuando el juez casi por favor le pidió al PP los ordenares de Bárcenas y que cuando les dio la real gana se los entregaron, pero la entrega se concretó en entregar poco más de la carcasa del ordenador y una pantalla. Creo que en este registro el único papel que podría denunciar suciedad sería el papel higiénico, pero mucho me temo que hasta de este se hayan desecho los populares. En ocasiones darle tiempo al tiempo es tan poco efectivo como poco práctico.
Otro chiste muy bueno es el que se ha contado de que el ático de 500 metros cuadrados que adquirió el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, por 1.150.000 euros a una empresa de dudosa legalidad fiscal, en Estepona, lo pagara con el dinero que su esposa cobró como finiquito después de estar en una empresa durante 26 años. ¡Menudo finiquito! Esto no lo han cobrado ni tan siquiera los que con tan “buena” gestión llevaron a las cajas de ahorro a la más miserable de las ruinas.
Se acerca la Navidad y lo mejor es darle un poco de humor a la cosa, no todo van a ser pensar en copagos, recortes en la Sanidad, en la Educación, en los Servicios Sociales, en el incumplimiento de la Ley de Dependencia, en las becas de todo tipo, de estudios, comedor, transporte, y alguna más que en este momento se me ha ido de la memoria, ni tampoco hay que mortificarse pensando en que te vas a quedar en el paro y sin subsidio, ni en que te van a desahuciar, ni que te van a reducir el salario o la pensión y quien sabe que cosas más, la crueldad de este Gobierno no tiene límites. Es maquiavélico. Estos de los chistes siempre consuela, pero uno compara la situación con la seriedad y el rigor que se le debe imprimir y se da cuenta de que las siete plagas de Egipto fueron menos daniñas que las que nos están afectando a los españoles. En fin y mal que le pese al Gobierno: ¡Felices Fiestas!
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