Hacia una España Mejor

domingo, noviembre 12, 2006

LA MALDICIÓN DE LAS AZORES


No se quien, pero alguien ha maldecido al trío de las Azores. El primer afectado fue Aznar, con su derrota electoral del 14M. Se diga lo que se diga o se piense lo que se piense el gran derrotado no fue Mariano Rajoy, fue José María Aznar.
En cuanto a Toni Blair, ahí le tenemos cuestionado por propios y extraños, con ministros de su gobierno que le han presentado su dimisión por no estar de acuerdo con su política exterior, léase Iraq, y que él mismo es consciente de que su buena estrella la ha mal utilizado hasta el punto de pasar prácticamente de héroe a villano. Ha pedido a los suyos paciencia, no un voto de confianza, y que le dejen acabar su década de gobierno.
Posteriormente le ha tocado el turno a Bush, que aún a pesar de su reelección, las constantes bajas militares que está experimentando el ejército norteamericano desplegado en Iraq le han llevado a la pérdida de confianza de los ciudadanos estadounidenses y que lo de Vietnam, que de algún modo ya había dejado de existir en sus mentes, haya resucitado como consecuencia de la pérdida de casi 1.200 soldados fallecidos, hasta el momento, en una guerra basada en la mentira y en los intereses económicos de Bush y sus amigos. El fuerte varapalo que le acaban de dar a Bush, reflejado en los resultados de los recientes comicios para la elección de congresistas y senadores, una fuerte derrota donde las haya, ha dado como resultado que si en los Estados Unidos el régimen político no fuera tan presidencialista como es, ya que Bush puede seguir gobernando vetando las resoluciones del Congreso y del Senado y mediante decretos, Bush, a la vista de estos resultados debería haber dimitido de forma instantánea. Otro, con la dignidad que no tiene Bush, ya lo habría hecho. Cuando todo el mundo creía que la condena a muerte de Sadam Hussein, iba a suponer para Bush una plus valía política resulta que ha venido a ser todo lo contrario: Su déficit político se ha acrecentado. Va a acabar sus días de presidente habiendo perdido las dos cámaras y por tanto la confianza de la mayoría de los norteamericanos.
Yo no se si ha habido maldición o no para los tres de las Azores, pero lo que si es cierto es que Sadam se los lleva con él a su tumba. ¡Quien lo iba a pensar!