Hacia una España Mejor

lunes, julio 14, 2008

¿La Democracia es cara?


Aquellos que un día dijeron que la Democracia es cara es evidente que lo manifestaban así por que no se encontraban a gusto dentro de un marco de libertades sino que por el contrario se “movían” mucho mejor bajo el pesado yugo que como un “símbolo” de España obligaba a los españoles a caminar por los tortuosos caminos de la Dictadura.
No obstante, una Democracia no es perfecta, en este mundo no hay nada perfecto, y no lo es por que siempre hay individuos que acceden al poder por esos extraños caminos que también existen dentro del contexto de una Democracia.
Hace un par de semanas la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que llegó al poder por uno de esos caminos a los que antes me he referido, destituyó a cinco de sus consejeros y eliminó tres consejerías. ¿El motivo? La necesidad de afrontar la crisis económica, según Aguirre, cuando en realidad, según la prensa especializada, se trataba de una purga de “marianistas”. No creo que el eliminar tres consejerías sea por una cuestión simplemente de economía, si esas tres consejerías se crearon sería porque eran necesarias para prestar mejores servicios a los ciudadanos de la Comunidad de Madrid por que si así no fue lo que se ha puesto en evidencia es que se trataba de “colocar” a tres amiguetes con toda la parafernalia de personal y medios de todo tipo que giran alrededor de una consejería. Eso cuesta mucho, muchísimo dinero. Es más: que se ha hecho con todo ese personal, ¿se le ha despedido? o lo han “acoplado” en otras consejerías, con lo cual el ahorro no se ve por parte alguna.
No, la Democracia no es cara, lo que ocurre es que en ocasiones los ciudadanos nos equivocamos al elegir y ponemos en el Gobierno, en este caso de una comunidad autónoma, a individuos que se aferran al poder como una garrapata a las orejas de un perro, y hacen y deshacen a su antojo sin pararse a pensar si ello es bueno a malo para los ciudadanos. Únicamente les guía el coger el poder a cualquier precio y perpetuarse en él a costa de lo que sea.