Hay fotos y fotos
La chusma patriotera del Partido Popular ha criticado por activa y por pasiva la visita del ministro Moratinos a Gibraltar. Para apoyar su chauvinista reacción ha criticado la foto que publicaron los medios de comunicación en la que se podía ver al ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, al ministro británico de asuntos exteriores y completaba la terna Miguel Ángel Moratinos.
Yo no sé el por qué esa fijación en la foto, cuando los españoles hemos podido ver fotos mucho más expresivas en la que se plasmaban vergonzantes y bochornosas actitudes del Partido Popular, de sus dirigentes, con gente poco recomendable tanto en el panorama nacional como en el internacional. A mí particularmente, no se a otros, me revuelve el estómago el ver fotos como la de las Azores, u otras junto a personajes que hoy están siendo investigados, algunos ya imputados, por el “caso Gürtel” y a los que se les llama “amiguito del alma” y se les manifiesta su cariño confesando que “te quiero un huevo”. A mi esas fotos me parecen mucho más expresivas por que marcan la diferencia existente entre una forma de hacer seria y constructiva, como lo ha sido la visita de Moratinos a Gibraltar, o la de dejar para la posteridad una foto en la que se ponía de manifiesto la declaración una guerra ilegal en un caso y la de fotografiarse con personajes que, por lo que se conoce hasta ahora, son presuntos dirigentes de una trama ilegal planteada para el enriquecimiento rápido y fácil.
Los españoles no tenemos datos que nos puedan dejar medianamente claro que es lo que hizo Aznar en sus ocho años de Gobierno, aparte de plantear una especie de cogobierno en Gibraltar con lo cual venía a reconocer tácitamente la legitimidad de la soberanía inglesa sobre el peñón, y no lo tenemos claro por qué no se hizo nada salvo demostrar que había buena sintonía con el Reino Unido tal y como quedó demostrado en la foto de las Azores.
El tema de Gibraltar es muy complejo. Gibraltar se cedió a Inglaterra a cambio de determinadas ayudas, Gibraltar no fue colonizado, Gibraltar fue moneda de cambio porque entonces convenía, según los mandatarios de la época a los intereses de España. Conviene que tengamos esto muy claro. Aunque eso sí, como dijo Moratinos: Gibraltar es irrenunciable. Pero las cosas hay que hacerlas con la debida prudencia y dentro de un marco en el que la buena disposición al diálogo ocupe la mayor parte. No con chauvinismos trasnochados que no conducen más que al distanciamiento y por tanto solo contribuyen a retrasar el proceso de negociación que un día pueda hacer posible que Gibraltar vuelva a ser español.
Siendo justo hay que destacar las manifestaciones de Manuel Fraga, apoyando la visita de Moratinos a Gibraltar.
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