Los herejes, a la hoguera
Lo que yo desde hace mucho tiempo me temía se ha producido. Ya me extrañaba a mí que a la Iglesia Católica se le pasara por alto lo de la incineración de personas fallecidas. Como es sabido el obispo auxiliar de Oviedo, Raúl Berzosa, ha dicho recientemente que “la incineración va en contra de la doctrina de la iglesia” y ha dicho también que los creyentes deben “enterrar el cadáver en tierra porque creemos en la resurrección de la carne y porque el cuerpo humano es el templo de Dios”. Estas palabras me parecen una total y absoluta falta de respeto, por parte del obispo auxiliar, a todas aquellas personas fallecidas que en su día decidieron y dejaron dicho a sus familiares sus últimas voluntades entre las que se encuentra las de que su cuerpo fuera incinerado. Y no me cabe la menor duda de que entre estas había, y hay, muchos católicos convencidos.
Pero claro, si leemos lo que ha dicho el portavoz de los obispos, Martínez Camino, nos siembra un mar de dudas. Camino ha dicho que “los católicos que mantengan que es legítimo quitar la vida –refiriéndose al aborto- incurrirán en herejía y, por tanto, en la excomunión”. Aquí chocan frontalmente el obispo de Oviedo y el portavoz de la Conferencia Episcopal. El primero no es partidario de la incineración y el segundo quiere castigar a los herejes y ya recordamos como la Iglesia Católica, la Santa Inquisición, condenaba a los herejes y a los que se acusaba de brujería, a morir en la hoguera. O sea que si tenemos en cuenta las palabras del obispo ovetense cuando la Santa Inquisición “montaba una barbacoa” para asar a los herejes no estaba destruyendo el templo de Dios, que según el obispo Raúl Berzosa es en definitiva el cuerpo humano y los herejes y los brujos o brujas eran seres humanos. Mal vistos por la Iglesia Católica, pero seres humanos al fin y al cabo.
También ha amenazado Martínez Camino, con la excomunión a todos aquellos que voten a favor de la reforma de la Ley del Aborto. Resulta tremendamente preocupante que en pleno siglo XXI estemos hablando en nuestro país de herejes y de excomuniones, esto solo pone de manifiesto que estamos aún a bastantes años vista de la salir de la ignorancia, sí, que nadie se alarme, a bastantes años vista, no hay más que tener en cuenta que no solamente los obispos quieren atemorizar a las personas menos desarrolladas intelectualmente sino que además resulta que personas de alto nivel intelectual también se atemorizan ante estas amenazas. Este es el poder de los obispos: El miedo. Sembrar el miedo en todos aquellos que cuando oyen hablar del fuego del infierno en vez de entrarle los calores sienten escalofríos.
¡Cuántos parroquianos de misa y comunión diaria merecerían ser excomulgados por sus comportamientos con los demás! Pero, claro, estos son “hijos de Dios”.
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