Hacia una España Mejor

martes, diciembre 15, 2009

Berlusconi y Camps


Coincidirá usted conmigo que tanto Berlusconi como Camps son dos casos atípicos dentro el mundo de la política si tenemos en cuenta que en la mayoría de comicios electorales que se celebran en los países democráticos se suele elegir o reelegir para presidir el Gobierno a aquel que se piensa que lo puede hacer bien o al que lo ha hecho bien.
Es evidente que no es este el caso de Berlusconi y de Camps. El italiano lo único “positivo” que ha hecho desde que gobierna en Italia ha sido lo de reformar las leyes para que determinados asuntos que él tenía pendientes con los justicia prescribieran y de este modo librarse de ser condenado. Esto y las célebres juergas que organiza para cumplimentar a algunos políticos extranjeros, que les gusta la “marcha”, en su finca privada. Y qué decir del recorte de determinados derechos de los italianos y de su más que reconocida xenofobia. Pero ahí le tiene usted, elegido y reelegido.
En el caso de Camps, su gestión al frente del Consell valenciano es más que conocida y pese a ello gana por goleada una elección tras otra y las encuestas le auguran buenos resultados en el futuro. Y ya ven lo que hace Camps. En los presupuestos del año que está finiquitando tenía previsto acometer más de 25 obras en centros de salud y hospitales, de las 25 solo una se ha materializado. El resto pasan al ejercicio de 2010. Esto es una constante en la gestión de gobierno de Camps. Los valencianos vemos como año tras año se vienen anunciando obras que nunca llegan a materializarse y que pasan de un ejercicio a otro en espera de mejor suerte. Veinticinco mil niños están escolarizados en contenedores de chapa y muchos de ellos han cursado el ciclo completo de enseñanza en esos habitáculos tercermundistas a pesar de que dicen que son instalaciones “provisionales”. La aplicación de la Ley de Dependencia ha sido prácticamente nula alcanzando una implantación del 0,5%, la más baja de España. Las listas de espera en los centros sanitarios son de una espera desesperante ya que hay que guardar turno durante meses. El gasto social de la Generalitat Valenciana brilla por su ausencia, las capas sociales más desfavorecidas están mal atendidas. En lo que respecta al paro en la Comunidad Valenciana es en donde mayor medida crece. Mientras tanto Camps, se gasta el dinero en organizar regatas y carreras de Fórmula 1. A todo esto hay que recordar el caso Gürtel que aquí en la Comunidad Valenciana se ha cerrado de tal modo que no ha hecho más que aumentar las dudas en lo que a la implicación de Camps se refiere, pero ahí está hecho un triunfador.
Hay que reconocer que es cierto eso que se dice de que en esta vida vale más caer en gracia que ser gracioso. Será por esto por lo que los casos de Berlusconi y Camps son atípicos.