Hacia una España Mejor

jueves, agosto 26, 2010

Negociar con los terroristas


Yo les pediría a los del Partido Popular, a esos que a raíz de la liberación de los dos cooperantes catalanes han dicho, en una clara crítica al Gobierno, que con los terroristas no se negocia, que les preguntaran a los que han llevado meses y meses secuestrados, privados de su libertad y en constante riesgo de haber sido ejecutados por sus raptores, que les preguntaran repito, tanto a ellos como a sus familiares, si se negocia o no con los terroristas.
Esta gentuza del PP, que sufre un ataque de “machotismo” después del esperpéntico imprudente e inconsciente episodio de Perejil, por lo visto no está al tanto de lo que ocurre en el mundo. Posiblemente no hayan leído que hace escasas semanas Francia intentó liberar, empleando a sus fuerzas armadas, a un súbdito francés que estaba secuestrado por los terroristas con el resultado de seis muertos por parte de los raptores y la ejecución, por estos, de la persona secuestrada. No critico la intención del Gobierno francés, pero este tipo de operaciones solamente se pueden llevar a cabo cuando las posibilidades de éxito estén por encima, y digo bien, por encima del cien por cien y aún así no están exentas del fracaso y de poner en grave riesgo la vida de los secuestrados.
Más recientemente, hace unos días, un ex policía filipino secuestró a los pasajeros que viajaban a bordo de un autobús, ciudadanos de Hong Kong, que estaban de turismo por el archipiélago filipino. El cuerpo de operaciones especiales de la policía filipina intentó tomar por la fuerza el autobús con el trágico resultado de ocho turistas muertos y el secuestrador. Los pasajeros que quedaron con vida coincidieron todos en sus declaraciones en el sentido de que nunca deberían haber intentado apresar al secuestrador por la fuerza y que por el contrario se debió haber negociado con él. Si así se hubiera hecho seguro que ocho inocentes estarían libres y con vida. Porque una cosa es segura: Por la fuerza o por la vía de la negociación la vida sigue su curso normal. Si una gran guerra, como las dos del pasado siglo, no pudo evitar que la humanidad siga matándose, no es de esperar un cambio importante con la innecesaria y evitable muerte de personas secuestradas.
La verdad es que no es mi deseo que los del PP, esos que dicen que no se debe negociar con los terroristas, sufran la prueba de tener a algún ser querido secuestrado y con riesgo de perder la vida. Seguro que harían lo mismo que hizo el “Tío Perico, el de las cañas”. El “Tío Perico” era una persona que le vendía productos agrícolas a mi padre, en paz descansen ambos, y un mal día una nietecita suya cayó sobre el fuego del hogar sufriendo terribles quemaduras. El “Tío Perico” se pasaba todo el día implorando a Dios y a la Virgen, aunque yo era un niño lo recuerdo perfectamente, el “Tío Perico” repetía constantemente: “Virgencica” mía, Dios mío, “sálvarme” a mi nieta”. Y mi padre le recriminaba: “Perico” te pasas el día antero cagándote en Dios y la Virgen y ahora acudes a ellos. Eres un convenenciero”. Seguro estoy de que los del PP que critican el que se negocie con los terroristas, acabarían, si se tratara de familiares suyos, como acabó el “Tío Perico, el de las cañas”, pidiendo amparo a aquellos contra los que blasfemaba de continuo.