Ellos están al margen
Con estos escándalos de los sueldos y rentas vitalicias asignados a los miembros del consejo de administración y directivos de las cajas de ahorro, casos de la CAM y Novacaixagalicia, los distintos presidentes autonómicos han optado por callar e intentar pasar desapercibidos pretendiendo dar la sensación de que ellos nada han tenido que ver con estos inmorales asuntos echando balones fuera y hasta queriendo dar la impresión de que ellos no tenían la más ligera idea de que dichas entidades existieran. Puede que ello sea achacable a fallos de memoria al que tanto dados son algunos políticos, cuando para ellos pintan bastos, claro, pero los ciudadanos de a pie que no tenemos preocupaciones salvo la de intentar sobrevivir cada nuevo día, nada, peccata minuta, sí recordamos quienes fueron los que pusieron al frente de esas instituciones de crédito y ahorro a personajillos que no tenían la más repajolera idea de por donde había que entrarle al toro, pero eso sí, una cosa sí que aprendieron pronto: que tenían a su disposición créditos a bajo y cero interés y cierto es que lo que a uno le interesa lo aprende enseguida.
El lo que concierne a la Comunidad Valenciana, todos recordamos quien puso a José Luís Olivas, el que fuera por unos meses presidente de la Generalitat Valenciana sustituyendo a Zaplana hasta que llegó Francesc Camps, que fue quien designó a Olivas para que ostentara la presidencia de Bancaja, después en el caso del acceso de Modesto Crespo a la presidencia de la CAM también fue por decisión de Camps. En Bancaja no ha ocurrido nada, toquemos madera, pero no se puede decir lo mismo de la CAM. Pero mira por donde parece ser que todos ellos vinieron caídos del cielo. Nadie tuvo nada que ver con su acceso al mundo del dinero en el cual algunos han hecho su agosto y otros han copado todo el calendario. Pero ya se sabe que los presidentes de las comunidades autónomas no tienen nada que ver en estas cosas y mucho menos en el desaguisado económico que impera en sus respectivas comunidades. Ellos están al margen.
Aquí en la Comunidad Valenciana, con el cambio de presidente, ahora es Albert Fabra, parece que la cosa tampoco va por la vía de asumir responsabilidades, el Consell acaba de anunciar que no pagará productividad al personal de las empresas públicas de la Generalitat Valenciana que estén mal gestionadas. O sea que el “grave pecado”, traducido a nepotismo, que se comete por parte de la presidencia de la Comunidad al designar a los que tienen que gestionar las empresas públicas, normalmente a parientes, amigos y conmilitones, totalmente, en muchos casos, incapaces de gestionar ni su propia casa por su alevosa incompetencia, ese pecado lo pagan los que laboran en esas empresas percibiendo un simple y modesto salario. Estos y no los “designados” son los culpables de que las empresas funcionen mal. Esta medida es más “conveniente” que la de reconocer que el que falló es su “protegido” porque eso sería echarse piedras sobre su propio tejado. Porque muchos políticos serán bastante mediocres pero lo que sí se puede asegurar es que tontos no son, aunque yo eso de tontos lo pongo en cuarentena porque a lo largo de mi vida he podido comprobar que a todos los tontos les da por lo mismo: Pedir dinero y pellizcarle el trasero a las señoras. Luego de tontos nada. Pero queda claro, ellos, los mandamases, están al margen.
El lo que concierne a la Comunidad Valenciana, todos recordamos quien puso a José Luís Olivas, el que fuera por unos meses presidente de la Generalitat Valenciana sustituyendo a Zaplana hasta que llegó Francesc Camps, que fue quien designó a Olivas para que ostentara la presidencia de Bancaja, después en el caso del acceso de Modesto Crespo a la presidencia de la CAM también fue por decisión de Camps. En Bancaja no ha ocurrido nada, toquemos madera, pero no se puede decir lo mismo de la CAM. Pero mira por donde parece ser que todos ellos vinieron caídos del cielo. Nadie tuvo nada que ver con su acceso al mundo del dinero en el cual algunos han hecho su agosto y otros han copado todo el calendario. Pero ya se sabe que los presidentes de las comunidades autónomas no tienen nada que ver en estas cosas y mucho menos en el desaguisado económico que impera en sus respectivas comunidades. Ellos están al margen.
Aquí en la Comunidad Valenciana, con el cambio de presidente, ahora es Albert Fabra, parece que la cosa tampoco va por la vía de asumir responsabilidades, el Consell acaba de anunciar que no pagará productividad al personal de las empresas públicas de la Generalitat Valenciana que estén mal gestionadas. O sea que el “grave pecado”, traducido a nepotismo, que se comete por parte de la presidencia de la Comunidad al designar a los que tienen que gestionar las empresas públicas, normalmente a parientes, amigos y conmilitones, totalmente, en muchos casos, incapaces de gestionar ni su propia casa por su alevosa incompetencia, ese pecado lo pagan los que laboran en esas empresas percibiendo un simple y modesto salario. Estos y no los “designados” son los culpables de que las empresas funcionen mal. Esta medida es más “conveniente” que la de reconocer que el que falló es su “protegido” porque eso sería echarse piedras sobre su propio tejado. Porque muchos políticos serán bastante mediocres pero lo que sí se puede asegurar es que tontos no son, aunque yo eso de tontos lo pongo en cuarentena porque a lo largo de mi vida he podido comprobar que a todos los tontos les da por lo mismo: Pedir dinero y pellizcarle el trasero a las señoras. Luego de tontos nada. Pero queda claro, ellos, los mandamases, están al margen.
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