El afilador
El ministro de Economía, Luís de Guindos, ha dicho que descarta, aunque no puede dar una cifra concreta, el que en el tercer trimestre empeore más la economía. Estas declaraciones del ministro han hecho que mi preocupación vaya en aumento y por ello hago pública mi pregunta: ¿Es que puede empeorar más?
Es normal que yo, al igual que cualquier español, esté altamente preocupado por lo que está aconteciendo pero hay ocasiones en que en lo más insignificante ves como un resplandor de esperanza, no sé si por aquello de que quien tiene hambre sueña con bollos, pero resulta que acompañando a mi esposa a hacer unas compras en la carnicería, cuando iba camino de ella oí un sonido que en principio me pareció el zumbido de una radial con la que estaban cortando algo, al acercarme más pude comprobar que el ruido provenía de una piedra de esmeril con la que un afilador estaba acondicionando el filo de los cuchillos del carnicero. Pero mi sorpresa fue que el afilador lo estaba haciendo utilizando el maletero de su coche, me acerqué curioseando y pude comprobar que en dicho habitáculo había instalado un pequeño motor eléctrico que enchufado a la batería del automóvil hacía girar la piedra circular de esmeril a la que antes me he referido.
La verdad es que quede sorprendido pero al mismo tiempo me sentí más relajado, menos preocupado, en aquel artilugio del afilador me pareció ver ese rayo de esperanza que nos mostraba la salida del oscuro túnel de la crisis. España iba evolucionando en positivo. En ese “ingenio” montado en el maletero del coche del afilador me pareció ver un signo muy positivo de recuperación, máxime si tenemos en cuenta que a lo largo de mi vida he conocido los tiempos en que los afiladores, utilizaban un armazón de madera con una gran piedra acoplada al mismo y que había que tener “bemoles” para hacerla girar y poder afilar los cuchillos y tijeras, después vino lo de la bicicleta, en este velocípedo se acoplaba un eje con unas piedras de esmeril a las que se hacía girar mediante una cadena acoplada al plato y accionando los pedales esta giraba y hacía su función, posteriormente el mismo sistema se acopló a los ciclomotores y ya no había que pedalear y ahora se ha llegado al máximo del progreso en la industria del afilado de cuchillos y tijeras: se hace desde un automóvil, todo un avance. El modernismo y el progreso irrumpen con fuerza.
Si esto no es un buen síntoma de recuperación cuando habiendo cientos de miles de españoles que han traspasado el umbral de la pobreza, los afiladores hacen su trabajo desde un sedán cuatro puertas, se podía decir que casi sin bajarse de él, si esta recuperación no se ve es que se está ciego o es que no se quiere ver la realidad. A mí me ha levantado la moral esto del afilador. Es posible que el Gobierno no se haya percatado de ello, que no haya visto a los “modernos” afiladores, y por tanto no los haya utilizado para hacerle ver a los españoles que sus medidas funcionan. Estoy seguro que no lo ha visto ya que caso contrario lo hubiera mostrado como el paradigma de la recuperación económica. Algo sí está cambiando.
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