¡Viva el vino!
Cuando un padre o un superior jerárquico dan mal ejemplo suele ocurrir que sus hijos o sus subordinados acaban cayendo en aquello, que por falta de una adecuada “educación”, nunca debieron caer.
Creo que todos recordamos que el 4 de mayo de 2007, los medios de comunicación recogían las desafortunadas palabras de José María Aznar, pronunciadas con motivo de su asistencia como invitado “estrella” a un acto llevado a cabo por la Academia del Vino de Castilla y León en el cual se le impuso al expresidente del Gobierno la medalla de honor de dicha academia. En su parlamento agradeciendo el galardón, Aznar se mofo de la campaña que en aquel entonces estaba llevando a cabo la Dirección General de Tráfico, recordará usted, querido lector, aquello de “si bebes no conduzcas” o “no podemos conducir por ti”. A este respecto Aznar, se puso, quiero creer que “•gracioso”• y no inconsciente y dijo: “¿Quién te ha dicho que conduzcas por mí?” “Déjame que beba tranquilamente, no pongo en riesgo a nadie ni hago daño a los demás” “Yo siempre pienso ¿y quién te ha dicho a ti que quiero que conduzcas por mi?” “las copas de vino que yo tengo o no tengo que beber déjame que las beba tranquilamente; no pongo en riesgo a nadie ni hago daño a los demás”. Como es natural esto escandalizó profundamente a la ciudadanía y sobre todo a los familiares de los fallecidos por atropellos debido a esos conductores que conducen borrachos y a todos aquellos que han quedado parapléjicos por haber sufrido un atropello provocado por un loco borracho al volante de un automóvil. Las frases del “ex” con respecto al vino no pudieron ser más desafortunadas e incomprensibles para un señor que se le supone poseedor de un alto grado de sentido común por el hecho de haber representado a todos los españoles durante ocho años. Pero…
Esto ha traído como consecuencia de esas palabras el que algunos cargos públicos del PP, cuyos nombres voy a obviar, aunque no debiera, hayan sido “pillados” por las fuerzas policiales siendo “portadores” de esa “copa de más” a la que Aznar no daba importancia y que según se desprende de sus palabras “no hace daño a nadie” y puede que hasta “saludable”. El último que ha sido “pillado” ha sido un diputado que en su día -2/5/2010- se permitió decir de José Luís Rodríguez Zapatero: “Este Gobierno hoy ya es un grave impedimento para la recuperación. Si el timonel está borracho, lo que hay que hacer, urgentemente, es cambiar al timonel”. Lo cual se puede traducir en lo siguiente: Si un diputado, que se supone representa a los ciudadanos, anda por ahí con la tasa de alcohol triplicada lo mejor que puede hacer, lo honesto y lo consecuente, es dimitir y marcharse a su casa.
En cualquier caso está claro que hacer caso del “jefe” por muy “jefe” que sea, no es muy recomendable sobre todo en lo que tenga relación con las bebidas alcohólicas. Si resulta que el “jefe” es un irresponsable inconsciente que no sabe cómo hay que ir por la vida con el fin de evitar hacer un daño físico a los demás, a este “jefe” hay que ignorarlo y dejarlo de lado. En estos casos eso de “el jefe es el jefe” no tiene validez.
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