Creer es una ambigüedad
Hace unos días el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dejaba “caer” desde Roma, en un intento por calmar a los pensionistas que están viendo muy a las claras que su pensión va a ser también “víctima” de los recortes, unas palabras que venían a crear más confusión si cabe, Rajoy dijo: “Yo creo que subiremos las pensiones”. Es la primera vez en mi vida que oigo decir a un político con responsabilidades de gobierno, que “cree” que no va o si va a hacer esto o lo otro. Normalmente cuando la piensa hacer y es consciente de que su decisión puede causar perjuicios a los ciudadanos, suelen negar para al final ponerlo en práctica le duela a quien le duela. Por cierto esto es algo a lo que Mariano Rajoy está recurriendo desee que comenzó a gobernar: Hacer todo lo contrario de lo que dice.
La verdad es que a los pensionistas no les vendría de nuevas una congelación de sus pensiones, y que la cosa quede solamente ahí. Sus pensiones ya las vieron no congeladas sino rebajadas, cuando se dio la paradoja de que Rajoy las subió en un 1% y al propio tiempo subió el IRPF, dado lo cual la mayoría de los pensionistas están cobrando menos que en 2011. La subida quedó en una clara rebaja. A esta circunstancia hay que añadir que a los pensionistas les han subido otros impuestos, aparte del IRPF, entre ellos el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), les ha subido el butano, el gas ciudad, la luz, el pago de los medicamentos y el IVA, con todo lo que este arrastra, entre otros. Es evidente que los pensionistas han perdido poder adquisitivo de forma muy notoria, al igual que el resto de los españoles, lo que ocurre, y no es que los sueldos de los trabajadores estén para echar cohetes, es que las pensiones, la mayoría de ellas, son pensiones de hambre. En su día dijo Rajoy que las pensiones sería lo último que tocaría, lo cual no da sensación de seguridad en el sentido de que no lo va a hacer, puede ser cierto y que reserve a los pensionistas para la “traca” final.
Este “yo creo” de Rajoy, nos da la medida de cuál es el estado de inseguridad en que se halla inmerso el presidente, denota eso, inseguridad, y sobre todo y lo que es muy peligroso dada la situación, da muestras de su confusión y de no tener las ideas claras lo cual pone de manifiesto que Rajoy es un presidente “quemado” que poco puede aportar a la hora de intentar salir de este profundo socavón, y en semejante estado lo mejor que podría hacer es dimitir o convocar elecciones anticipadas para que sean otros con la mente más “amueblada” y serena los que gestionen la salida de la crisis. Está claro que por muy buena voluntad que le ponga no basta y que “creer” en ciertas ocasiones, como se da en esta, resulta bastante ambiguo. En lo que a mi parecer respecta he de decir que yo no me fio de quien “cree”, me merece más confianza quien a la hora de concretar sea más explícito. Es decir que la frase “yo creo que subiremos las pensiones” podría haber sido más corta afirmativa, y categórica, hubiera bastado con decir simplemente: “Subiremos las pensiones”, pero eso sí sin volver a subir el IRPF y los demás impuestos. Porque si no diremos aquello de “como el tío Faba, igual estoy que estaba”. O peor.
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