¿Es esto el principio de algo más?
Bueno, ya tenemos aquí el Decreto-Ley de protección de los deudores hipotecarios. Por lo que se sabe del mismo se puede decir que la banca ha ganado por goleada al Gobierno y que lo único que se desprende de él es que se aplaza, por un periodo de dos años, la “muerte” de los deudores hipotecarios en peligro de desahucio y que el Decreto no alcanza a todos los que están en esa situación ya que se dan una serie de condicionantes tendentes, de forma muy clara, a que el número de “beneficiados”, si es que esto va a beneficiar a alguien, sea mucho menor del que debería ser. Me llama mucho la atención que uno de los motivos para poder acceder a este “beneficio” de la “prórroga” sea el de que la familia cuente con niños menores de tres años. Yo no creía que los de cinco años también eran niños y resulta que no que el Gobierno los considera “mayores”. Menos mal que se ha abolido el servicio militar obligatorio porque si no es muy posible que los de cinco años fueran llamados a filas. En fin son las cosas de Rajoy y de su grupo de alabarderos. También llama la atención el que este Decreto crea una nueva clase social, al menos en lo que afecta a los damnificados por los desahucios y es la de los “colectivos más vulnerables”. La verdad es que yo creo que todos los afectados son igual de “vulnerables”. Es evidente que en esta situación económica que motiva el desahucio no hay ni más ricos ni más pobres. Económicamente todos están en la misma situación. Creo que no es casualidad el que del Decreto-Ley haya ido por las mismas coordenadas que ya marcaron los banqueros unos días antes, o sea, dos años de demora. Es normal que esto haya sucedido porque los partidos políticos le deben a los bancos lo que no está escrito, bueno escrito si está lo que pasa que de vez en cuando la banca hace borrón y cuenta nueva o no se apremie a los deudores. Evidentemente los más beneficiados por estas amnistías son los mayoritarios, PP y PSOE. De ahí que al final el resultado sea aquello de que es de bien nacidos ser agradecidos, y que ningún perro muerde la mano de quien le da de comer.
Queda total y absolutamente claro, que este Decreto-Ley es un placebo sin ninguna propiedad curativa. Con él no se acaba con los abusos de los bancos a través de los altísimos intereses de demora y de las costas judiciales que aplican en los casos de embargo y posterior desahucio. Ni tampoco se refleja nada que pueda dar a entender que en una próxima “entrega” el Gobierno establezca lo de dación en pago, que podría facilitar el que una familia pueda recomponer su hogar mediante un alquiler sin que tenga que hacer frente al pago del mismo y al propio tiempo seguir pagando la hipoteca al banco, cosa totalmente imposible. La condena es de por vida. Esto no lo van a consentir los banqueros y ya sabemos que es poderoso caballero don dinero, aunque ese dinero lo obtengan a través de los prestamos europeos y que esos préstamos, su devolución, vaya a cargo de todos los españoles. Cría cuervos y te sacaran los ojos.
Dice el Decreto que se creará “un fondo de viviendas” que podrán ser alquiladas por personas desahuciadas, y pregunto yo: ¿De dónde van a sacar estas el dinero para pagar el alquiler por módico que este sea? Con el contenido de este Decreto no se va ni a la puerta de al lado, se va, eso sí, a la puta calle. La solución no es esta, la solución estriba sencilla y llanamente en establecer las condiciones precisas para crear empleo, sin empleo no hay ni pago de las cuotas hipotecarias ni pago de alquileres por baratos que estos sean, pero esto es algo inalcanzable porque se ha demostrado que este Gobierno es incapaz de establecer la condiciones precisas para crear esos empleos tan necesarios si se quiere salir de esta ruinosa, calamitosa y desgraciada situación de crisis. Pero eso sí, que no nos falte de “na”. Mientras las cosas están como están, la Diputación Provincial de Alicante ha decidido “invertir” 234.000 euros en instalar una cocina para la cafetería-restaurante del Auditorio. El argumento que se da para justificar esta “inversión” es la de que, según el diputado de Cultura, han tomado esa decisión “porque así lo ha demandado el público”. Normal, en estos tiempos lo que el público demanda son cafetería y restaurantes bien equipados.
Finalmente solo formular la pregunta del millón: ¿Es este decreto el principio de algo más? Porque si no es así…
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