Hacia una España Mejor

jueves, junio 20, 2013

¿Los culpables?: El botones y el peón

Este comentario se fundamenta en el punto de vista de un ciudadano de a pie, dicho esto paso a decir que cuando todos esperábamos que recayera alguna responsabilidad sobre los banqueros que hayan podido tener algo que ver con la actual situación de crisis, resulta que la Sala 30 de la Audiencia Provincial de Madrid (APM) ha usurpado, en mi opinión, las funciones y atribuciones de los legisladores y ha dictado algo muy parecido a una Ley de Punto Final en la que viene a proclamar que nadie es culpable de la crisis que nos tiene a todos inmersos en una situación tan calamitosa como ruinosa. Ahora bien la APM no ha dicho nada sobre aquellos a los que desde un principio se les ha imputado el nacimiento de esta crisis y que según los políticos son los ciudadanos que hemos gastado más de lo que teníamos. Como es sabido la Sala 30 de la APM ha anulado la causa contra Miguel Blesa, expresidente de Caja Madrid, y ya en la calle, por considerar que el juez Elpidio José Silva, ha convertido las actuaciones que siguió en este caso en “causa general en busca de los responsables de la crisis económica general que atravesamos y su castigo”. La sala “aclara” al titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid, que “en modo alguno la crisis es los Estados Unidos”, ni la que desde 2010 padecen “los Estados de la Eurozona”, ni tampoco “una gestión bancaria nefasta” argumentos que esgrimió el juez Silva para reabrir la investigación “pueden servir de base” para ello. De todo esto uno saca la conclusión de que aquí no hay culpables y da la impresión de que se quiere exonerar, con carácter retroactivo a los verdaderos culpables salvo, como antes he dicho, a los ciudadanos que hemos sido unos manirrotos. Lo “nefasto” de la gestión bancaria no es tanto como parece, el que el FROB y el Banco Central Europeo, este último con el aval de todos los españoles, hayan metido en Bankia (Caja Madrid), esos miles y miles de millones que han tenido que ser insuflados no como consecuencia de la gestión de su anterior presidente, Miguel Blesa y después de Rodrigo Rato, el culpable es el botones que metía la mano en la caja y se iba al bar de al lado a jugar con las “maquinitas”. El dar créditos a troche y moche sin garantías suficientes para poder cubrir el crédito impagado que se pudiera producir no tiene nada que ver. Hablo de Bankia como podría hablar de la antigua CAM, o de algún otro banco. Tampoco ha tenido nada que ver la burbuja inmobiliaria ocasionada como consecuencia de una desordenada desorbitada y alocada maratón constructora. No, aquí los culpables son los de siempre, los ciudadanos, y por eso el Gobierno cree que son estos los que deben pagar la juerga. Pues si, por lo visto ahora es el Poder Judicial quien legisla y promulga leyes de punto final. En mi modesta opinión de ciudadano de a pie y por tanto totalmente lego en lo que respecta al desarrollo de los procedimientos judiciales, he de decir en modo alguno entro a valorar si el juez Elpidio José Silva, ha seguido la ortodoxia que se precisa en la forma de llevar la instrucción de un caso o si se ha excedido encarcelando a Miguel Blesa, pero lo que sí puedo decir como ciudadano es que la Sala 30 de la Audiencia Provincial de Madrid ha estado bastante desafortunada al argumentar, para justificar la anulación de la causa contra Blesa, que el juez ha convertido sus actuaciones en “causa general en busca de los responsables de la crisis económica general que atravesamos y su castigo”. Así como la aclaración al juez Silva de que “en modo alguno la crisis en los Estados Unidos” ni la que desde 2010 padecen los “Estados de la Eurozona”, ni tampoco “una gestión bancaria nefasta” “pueden servir de base para ello”. O sea que la crisis nació de forma espontánea. Tal y como lo plantea la APM da la impresión de que ello ha sido como consecuencia de que alguien pulsó la tecla equivocada y como consecuencia de este error se ha armado todo este desastre. Posiblemente sería el chapucero del botones del banco o el peón de albañil que amasó cemento de más y para no tener que desecharlo lo empleó construyendo más y más viviendas. Entre todos la mataron y ella sola se murió.