¿De la pena de cárcel al tirón de orejas?
No solo los caminos del señor son inescrutables, también lo son, en muchos casos, los de la Administración de Justicia, al menos esa es la sensación que tenemos los ciudadanos de a pie cuando vemos aparecer en los medios de comunicación noticias tales como que el 20 de marzo de 2012 la prensa nos daba cuenta de que el expresidente balear Jaume Matas, había sido condenado por la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca a seis años de cárcel porque tres magistrados le consideraron culpable de malversación, prevaricación, falsedad documental, fraude a la Administración, delitos que sumaban una condena de cinco años y tres meses, a los que se añadían nueve meses por tráfico de influencias. Este era el primer juicio a que era sometido el expresidente balear y exministro de Aznar por el caso Palma Arena dividido en 25 piezas. Esta sentencia de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca fue recurrida ante el Tribunal Supremo que ha rebajado la condena de seis años a solo nueve meses. Evidentemente esto tendrá su explicación técnica, lo contrario sería bastante preocupante, pero cuesta el asimilar que tres magistrados se equivocaran al decretar una sentencia, si se hubiera tratado de un solo juez la cosa podría ser perfectamente entendida, pero equivocarse tres de tres la verdad es que cuesta entenderlo.
Hace unos días en un debate televisivo el director del periódico “La Razón”, Francisco Marhuenda, decía que en el caso Bárcenas, un apéndice del caso Gürtel, no iba a pasar nada, se refería al Partido Popular y a la vista de lo que viene aconteciendo en algunas decisiones judiciales uno llega a pensar que podría tener razón y que casos como los dos citados a los que habría que añadir el caso Brugal en Alicante que afecta a algunos cargos públicos del PP, el caso Cooperación en Valencia en el que supuestamente está involucrado el exconseller de Cooperación, Rafael Blasco, el caso Carlos Fabra en Castellón que ya se ha eternizado, el caso Urdangarín y la condena del que fuera alcalde de Torrevieja (Alicante) Pedro Hernández Mateo, a tres años de prisión, aún no ha ingresado en ella, por amañar una contrata de basuras, junto a otros casos en la que hay políticos implicados y que andan deambulando por los juzgados pueden quedar en nada como apunta el director de “La Razón”.
Parece ser que la rigidez de la Justicia se va relajando. Es de esperar que esto no sea causa de que los delincuentes se sientan menos agobiados y acosados por la Administración de Justicia ya que esto podría ser motivo del crecimiento de la delincuencia en nuestro país, sobre todo en lo que afecta a la clase política, la civil parece ser que va por donde siempre, la aplicación de las penas se mantiene en los mismos parámetros de dureza. En cualquier caso se podría llegar a pensar, dentro de lo que los ciudadanos de a pie ignoramos en lo que respecta a cuestiones legales, que a la vista de resoluciones como en el caso de Jaume Matas, que la Justicia ha optado por suavizar las penas en lo que concierne a delitos cometidos por los políticos y sustituirlo por el tirón de orejas. Lo de anular los seis años de prisión por nueve meses no deja de ser un tirón de orejas. Es mi punto de vista como ciudadano español.
PASCUAL MOGICA COSTA
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