Jodidos y apaleados
En ocasiones la capacidad de aguante del ser humano alcanza límites insospechados esto es algo que en multitud de ocasiones hemos podido presenciar como también hemos podido comprobar los efectos, en muchos casos violentos, que se dan cuando esa paciencia se agota tras recibir un mal trato, un insulto tras otro y una serie de vejaciones de todo punto inaceptables.
Lo dicho anteriormente viene a colación por la “información” que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, dio a los españoles dándoles cuenta de que se habían detectado 520.000 fraudes laborales protagonizados por personas que estaban cobrando el subsidio de desempleo y al propio tiempo estaban trabajando en la economía sumergida. Resulta curioso el comprobar cómo cuando un Gobierno se ve acorralado y es consciente de que está llevando a cabo una gestión totalmente errónea recurre a la mentira al engaño y a la confusión. Resulta que no se trataba de 520.000 fraudes, si no de 5.833, pero claro hay que poner ceros a la derecha o a la izquierda, en este caso a la derecha, según convenga. En el caso de la subida de las pensiones el cero se lo han puesto a la izquierda cuando lo procedente era haberlo eliminado y que las pensiones tuvieran el aumento que les corresponde con arreglo al IPC. Ahora resulta que la subida de las pensiones no se lleva a cabo de acuerdo con la carestía de la vida y quieren adoptarlas a la esperanza de vida, es decir, a la baja. Esto me recuerda a aquella canción que decía eso de: “La vida es una mentira para los que viven sufriendo y yo me estoy consumiendo y sin embargo quiero vivir”.
Mira por donde nos ha salido la vicepresidenta, por lo visto la mentira es un mal que se contagia y a esta se lo ha “endosado” su jefe, cuando todos creíamos que era la única que hasta ahora se mantenía impoluta, pero cuando alguien se mete en un barrizal lo normal es que se llene de barro, y nos daba la impresión de que se trataba de una persona rigurosamente respetuosa y moderada. ¡Que desengaño! También la capacidad de asombro es infinita, hasta el punto de que ya no nos extraña el que aquellos que cobran sobresueldos y no pagan el IVA acusen a los demás de defraudadores. ¡Qué cosas tiene mi PePe!
La verdad es que resulta indignante la forma en que se está tratando a los que están en el paro, tanto a los que cobran como a los que no, los tachan de gandules, de despreciar un trabajo, de defraudadores y de ser ellos los únicos culpables de hallarse en esa situación. Los insultos y las vejaciones les llueven por todos lados y además les conminan a aceptar trabajos muy mal remunerados que no tienen más remedio que aceptar, es lo que hay, y a llevar a cabo una jornada laboral de verdadera esclavitud. Se puede decir sin exagerar lo más mínimo que están jodidos y apaleados. Hasta un periodista de El Mundo, ha dicho que “Hoy en España, quien realmente quiere trabajar, trabaja”. A este periodista solo le deseo que no pierda su puesto de trabajo. Si llegara a perderlo se iba a enterar de lo “fácil” que es encontrar, hoy en día, trabajo en España. Que se lo pregunte a sus colegas que están en el paro.
La verdad es que es lamentable la actuación de los miembros del Gobierno, todos ellos están subidos en el “machito”, y están muy distanciados de la realidad de los españoles. No hay más que oír al desnortado de Montoro, a la incompetente de la Bañez o a la “cegata” de Ana Mato, aunque el resto de ministros no les van a la zaga, pero lo de estos tres es para “nota”. De Wert no digo nada, él mismo se califica, mejor dicho se descalifica. A este no le hace falta que nadie hable mal de él, con su forma de hacer él mismo se encarga de darse pedradas en su propia cabeza.
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