Hacia una España Mejor

lunes, diciembre 23, 2013

La cabra tira al monte

¿Quién dice que el Partido Popular no cumple sus promesas electorales? Quien esto afirme está mintiendo. Rajoy cumple sus compromisos y buena prueba de ello es que en su día dijo que la Ley del Aborto sería modificada y ha ido más allá de lo que es una simple modificación, no la ha reformado sino que la ha derogado y digo bien cuando empleo el término “derogado”. Los dos supuestos que no han sido modificados son los de violación y riesgo para la madre, dos aspectos muy difíciles de evaluar, según los expertos en leyes y medicina, a la hora de permitir o no el que una mujer pueda abortar libremente, con lo cual está claro que podemos dar por finiquitada una ley que permitía a las mujeres disponer con libertad de su cuerpo. El triunfo de la beatería ha sido total y Rouco y sus monaguillos pueden sentirse satisfechos. La mujer vuelve a ser esposa y madre sin más. Algo que la beatería siempre ha deseado. Como se puede observar España no será nunca un Estado moderno y exento de tabúes donde las gentes no tengan que depender de credos ni de religiones, algo que algunos consideran como la base de la moralidad pero que en realidad no hace más que recortar y hurtar derechos y libertades. Ha sido Alberto Ruíz Gallardón, un político, al que todos consideraban como el único progresista en las filas de le derecha y que la gente no tenía inconveniente en decir públicamente que no tendría problema alguno en darle su voto, el que ha dado carpetazo a una ley que ha estado vigente durante casi treinta años. Como se puede ver Gallardón ha pasado de ser un supuesto “progre” a convertirse en el líder de los ultraconservadores y de los ultracatólicos, no me extrañaría que con el tiempo pudiera llegar a ser beatificado. Está claro que el cinismo y la hipocresía de los ultraconservadores y de los ultracatólicos no tiene límites. Hablan del derecho a la vida, de los mandatos divinos, cuando ellos son los primeros que los incumplen. Se olvidan con mucho facilidad de que la orden que dio Dios a Noé, según se dice en el capítulo IX del Génesis: “Creced y multiplicaos y llenad la tierra”, en definitiva venía a ordenar que engendraran y educaran a nuevos hijos para Dios. ¿Cumplen este requisito los que tanto dicen estar por el derecho a la vida? No. Si así fuera sus hijos se contarían por decenas, pero una cosa es la realidad y otra la fidelidad ciega a un mandato divino y claro, la beatería se acoge a la realidad, tantos hijos no se pueden mantener para ser bien alimentados y darles una buena educación y comprobado está que la Iglesia no está por la labor de ayudar a alimentarlos, vestirlos y educarlos, la Iglesia, dicen, es pobre, a lo mejor por eso existe ese dicho que dice aquello de que: “A quién Dios se la de san Pedro se la bendiga”. Creo que no cometo ninguna falta grave con lo que a continuación voy a decir, puedo parecer un tanto grosero o atrevido, pero lo digo porque esto solo lo leen los adultos y por tanto me puedo permitir emplear una terminología popular, la que solemos utilizar normalmente los seres humanos en cualquier conversación entre personas mayores. Dicho esto, vuelvo a lo de “creced y multiplicaos y llenad la tierra”, esto quiere decir muy claramente que de echar “balones fuera” o practicar la “marcha atrás” o de usar anticonceptivos nada de nada, la relación hombre-mujer o mujer-hombre, me refiero al acto sexual, debe ser con el único y exclusivo fin cumplir con esa orden divina “engendrar y educar hijos nuevos para Dios”. Y si tenemos en cuenta la edad fértil de las mujeres debo decir que no me salen las cuentas ya que la beatería debería, como antes he dicho, contar sus hijos por decenas. Cinismo y fariseísmo. Están por la vida, eso no se les puede negar, lo están como todos lo estamos y por tener un número de hijos que no vaya más allá de nuestras posibilidades físicas y económicas y ejercer responsablemente nuestra condición de padres para educarles y para que sobre todo sean personas libres. Treinta años de retroceso, pero eso no cuenta para las mujeres con medios económicos suficientes para desplazarse a Inglaterra, Portugal, Francia, Alemania o a la más que católica Italia, entre otros países, para abortar, siempre lo han hecho y ahora seguirán haciéndolo. Acabo diciendo que lo hecho por Alberto Ruiz Gallardón no ha servido, al margen de que la mujer vuelva a ser solamente sea una máquina de “fabricar” hijos, solo ha servido, repito, para dejar muy claro que aquello que decimos de que “la cabra tira al monte” es cierto. Al final cada uno acaba desenvolviéndose en su espacio natural. El “pogre” resultó ser un “carca”.