El Notas
Cuatro horas treinta minutos de la madrugada del miércoles 2 de julio de 2014. Cansado de dar vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño pensando en todo lo sucedido como consecuencia de la denuncia de la concejal de Sanidad y hasta el pasado lunes, en que fue cesada por sus superiores, Directora de Atención Primaria del Hospital General de Elche, Cristina Martínez por hacer público con valentía, profesionalidad y honestidad el totum revolutum, el caos asistencial, que impera en muchos centros de salud y hospitales públicos de nuestra ciudad, grave incidencia que en repetidas ocasiones ha comunicado a sus superiores tanto del estamento sanitario como del municipal, a la alcaldesa, sin que nadie le hiciera el menor caso, después de que yo, al igual que muchos ilicitanos, haya escuchado, visionado y leído casi en su totalidad toda la información y las imágenes que los distintos medios de comunicación nos han ofrecido y ante el silencio de la inoperante oposición municipal, de toda, he creído conveniente, como simple ciudadano de a pie, manifestar mi parecer sobre todo lo acontecido en el Pleno municipal celebrado el pasado lunes 30 de junio y desde lo publicado por Cristina Martínez en la redes sociales el 29 del mismo mes.
Desde mi punto de vista está claro que la reacción del Gobierno municipal, con la alcaldesa al frente, a raíz de la denuncia en el citado Pleno de la corporación municipal por lo relatado en el mismo por Cristina Martínez, salvo sus compañeros, los concejales del PP, María José López y Sebastián Polo que al final de la sesión plenaria se acercaron a ella para darte un poco de apoyo y posteriormente el concejal de Hacienda, Manuel Latour, la esperó, Cristina se quedó sola en el hemiciclo, para acompañarla hasta la salida del mismo, el resto de sus supuestos compañeros ni se le acercaron, posiblemente, pienso yo, es que verían en la concejal de Sanidad un “objeto” contaminante. La alcaldesa, me cuentan, “salió pitando”. Pero la alcaldesa, que es muy “cuca”, no alcanzo ni me atrevo a decir que inteligente, no me he parado a constatar esta circunstancia, y ya más en frio se ha dado cuenta de que la denuncia le ha dejado con el “traserito” al aire y ha cambiado el tercio y se ha apresurado a decir que la exdirectora de Atención Primaria cuenta con todo su apoyo y que desde luego la mantiene como concejal de Sanidad, este “apoyo póstumo” ha sido también refrendado por el resto de miembros del equipo de Gobierno local, por los mismo que después del Pleno salieron del salón sin tan siquiera mirarla a la cara. La alcaldesa, mantiene a Cristina Martínez, y ahora cosa que no hizo cuando por responsabilidad política y moral y por defender los intereses, en este caso la salud de los ilicitanos, debió hacerlo, la apoya, pero, es muy llamativo, no intercede acerca del conseller de Sanidad para que esta sea restituida en su puesto de Directora de Atención Primaria del Hospital General de Elche, lo cual sin duda alguno sería muy beneficioso para miles de ilicitanos, dada la dedicación de la concejal de Sanidad y su buen hacer en beneficio de la salud de sus conciudadanos. Esta actitud de la alcaldesa, en mi opinión no exenta de una gran dosis de cinismo, me recuerda una de sus primeras medidas al posesionarse en la alcaldía al destituir al primer mando de la Policía Local, al cual se la agradecieron los servicios prestados por, así se dijo, “su magnífica labor” al frente de esta institución policial, por lo cual le fue concedida una medalla. Pero, como ya dije en su día en otro escrito, medalla y puerta. Este máximo responsable de dirigir la Policía Local fue sustituido por un señor, traído de allende nuestro término municipal, que después de habernos costado a los ilicitanos una “pasta gansa” resulta que hubo que cesarlo porque según dictamen de los organismo competentes que velan por la legalidad, estos consideraron que su contratación fue irregular. Este fue sustituido por un miembro de la plantilla, lo que supone y pone de manifiesto que los ilicitanos podíamos habernos ahorrado un buen dinero, si esto se hubiera hecho desde el principio. La solución la teníamos en casa. Otra “alcaldada” fue la de eliminar de un plumazo la Estación Fénix, y despedir al personal que trabajaba en la misma. El despido fue declarado improcedente y nos va a costar un “buen pico” a los contribuyentes ilicitanos. El “ilustre” concejal de Recursos Humanos, Antonio Martínez Pujalte, uno de los monaguillos de Alonso, de sus ayudantes, en lo que en mi opinión fue una excusa torpe para justificar el cierre y despido, argumentó y sigue manteniéndolo, que hemos salido ganando, que lo que se hacía en la citada estación no servía para nada práctico, se olvida, creo, el concejal de que en esta área de investigación se estudiaba la supervivencia y sobre todo la rentabilidad de las palmeras para a través del sistema in vitro crear una clase de palmera que produjera un dátil de mejor aspecto y calidad que posibilitaría su comercialización y competitividad con el dátil africano, cosa que ya se ha comprobado, que se está desarrollando y que sin duda alguna reportará una mejora económica haciendo rentable el mantenimiento de nuestro palmeral. Por estas dos “pifiadas” y por alguna más, a los ilicitanos nos han “perjudicado” los bolsillos.
Pero hay algo que me ha llamado especialmente la atención y fue cuando antes de finalizar el Pleno, la alcaldesa, a raíz de la denuncia de la concejal de Sanidad en la que esta solicitó atención para solucionar esta lamentable situación en la que se halla la Sanidad en Elche, dijo: “Nos tomamos nota y así se hará”. Esto me ha recordado que allá por la primera mitad de la década de los años cincuenta en la estación de Renfe, en Elche, trabajaba un funcionario al cual le llamaban “El Notas”. Este señor cuando alguien le ordenaba o le sugería algo, solía responder: “Tomo nota”. Dicho esto el buen hombre se olvidaba de inmediato de lo que le habían dicho. ¿Porqué la alcaldesa no tomó nota y actuó cuando la concejal, de forma machacona, le advertía de que había que hacer algo para solucionar el problema asistencial en materia sanitaria que hay en nuestra ciudad? ¿Porqué se limitaba, en vez de poner manos a la obra para solucionar el problema, a decirle a la denunciante “Cristina, no te metas en esto, el Ayuntamiento no tiene competencias en Sanidad”? ¿Por qué? Efectivamente el Ayuntamiento no tiene competencias, pero sí tiene, la alcaldesa sobre todo, la responsabilidad política y moral, como antes he dicho, de preocuparse de la salud de sus administrados y reclamar y reivindicar ante quien corresponde mejoras de todo tipo que garanticen la calidad de vida de los ilicitanos. No, las cosas, los problemas, la gravedad de una situación no se soluciona matando al mensajero. No.
A la hora de escribir esto, no he visto información alguna que ponga de manifiesto lo que al respecto tiene que decir la lamentable actuación de la oposición local, de toda, tan lamentable como la del Gobierno que preside Mercedes Alonso. Otros grupos políticos extramunicipales han pedido la dimisión del conseller de Sanidad, pero no la de la alcaldesa, a esta la han pasado por alto cuando por su manifiesto desinterés, no hay más que ver la respuesta que daba a la concejal de Sanidad, deberían exigirle que dimitiera. Como dice la canción, creo que interpretada por Massiel, “…por eso y por mucho más…” deberían pedir su dimisión, pero claro, los ilicitanos nos encontramos con el peor Gobierno local y la peor oposición de la historia democrática de nuestro Ayuntamiento. Así están las cosas y por eso ocurre todo lo que está pasando.
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