El tendero de mi barrio
A Rajoy le ha sentado muy mal el anuncio de Zapatero de que si gana las próximas elecciones generales el salario mínimo interprofesional llegará en 2008 a 600 euros mensuales y al final de la legislatura se situará en los 800 euros.
Rajoy, seguramente asesorado por esa lumbrera en economía llamado Vicente Martínez Pujalte, ha dicho que esto va a ser una ruina para España ya que puede influir negativamente en la inflación, puede aumentar los precios de consumo, también puede afectar a la creación de empleo, puede afectar a la economía nacional y puede dañar a las empresas.
Lo pinta muy negro Rajoy, tan negro que hasta puede que los trabajadores, acojonados por estos terribles presagios, decidan entablar negociaciones con los empresarios a fin de revisar los salarios a la baja para no ser responsables de la “caída” económica de España.
Las “preocupadas” manifestaciones de Rajoy ponen en evidencia su desconocimiento de la realidad cotidiana y doméstica de este país. Por lo visto Rajoy ignora que en España los salarios no se caracterizan precisamente por su cuantía o efectividad a la hora de que una familia pueda llegar a fin de mes sin apuros. Ignora que los aumentos que experimentan cuestiones tan vitales como la vivienda, el vestido, el calzado, los alimentos y todo aquello que conforma el consumo familiar, sufren aumentos que no tienen nada que ver, por su alta cuantía, con los aumentos de salarios, por tanto no se entiende que un aumento salarial como el propuesto por Zapatero, que no va a resolver los problemas de una familia, pueda crear todos esos males que augura Rajoy.
Rajoy, cuyo sueldo está en el más absoluto secreto, no sabe que los mileuristas son mayoría en España y a pesar de ello esta circunstancia no resuelve el aumento de la inflación; ni modera el aumento de los precios de consumo; ni frena la creación empleo, que no crece en el porcentaje deseable; que afecta más a la economía familiar que a la nacional, que por cierto, son los trabajadores los que forman, por su número, la nación, no los empresarios; ni los mileuristas son los culpables del daño que puedan sufrir las empresas que muchas de ellas no son competitivas por falta de una dirección y administración adecuadas y sobre todo por una falta de inversión en aras a modernizar sus instalaciones y sus equipamientos y medios de producción. Rajoy, no sabe, o si lo sabe, que el problema es que España constitucionalmente se rige por una economía de mercado, contra lo que no tenga nada que objetar, eso forma parte de las libertades en un país democrático, y por tanto no se puede evitar que los precios suban de forma total y absolutamente descontrolada, al alza, claro. No, los salarios no son los culpables, ni las pensiones tampoco, los culpables son los que aplican precios de venta a sus productos que rayan en la estafa. Decía el tendero de mi barrio: “Todo el barrio trabaja para mí”. ¿Lo entiende señor Rajoy?
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