La Iglesia y la mujer

Las elecciones ya se han celebrado y la anunciada victoria socialista se ha materializado. La mayoría de los españoles así lo ha decidido y los que no han conseguido ganar deben observar una actitud de respeto al resultado que se ha producido.
Ahora toca hablar del acontecer diario, de cómo van las cosas en ese variopinto abanico que es una sociedad, como la nuestra, en continuo progreso y desarrollo.
En estos días pasados ha saltado la noticia de que el Opus Dei organizó en Granada, con motivo del Día Internacional de la Mujer, un curso, subvencionado por el PP, para ser la “mujer diez”. La cosa se concretaba en que a las mujeres asistentes se les preguntaba si sabían coser el bajo de un pantalón, hacer una buena tortilla de patatas y saber hacer una compra inteligente, entre otras preguntas del mismo estilo. No se les preguntaba ni por sus dotes intelectuales ni que trabajos vienen desarrollando en los distintos campos laborales. Se les preguntaba por las tareas domésticas y por saber si mantenían el tipo. Físico, claro.
Esta bien eso de que se organicen actividades para conmemorar un día en particular y para homenajear a quien se crea conveniente, pero este tipo de actos solo sirven para mantener e incrementar el machismo en España, aspecto este que está aumentando los malos tratos a las mujeres y la muerte de muchas de ellas a manos de sus ex maridos y compañeros sentimentales.
No acabo yo de entender el porqué la Iglesia valora de forma tan denigrante a la mujer y tampoco entiendo por qué el obispo de Orihuela-Alicante ha pedido paciencia y espíritu de sacrificio a las mujeres que están siendo maltratadas. No se tampoco en que se fundamente la Iglesia Católica para esa desconsideración con que trata los derechos de la mujer como persona. A esta actitud solo le encuentro una explicación, no válida en caso de existir, y esta no es otra que ello sea debido a una mala interpretación de la escena o pasaje bíblico en la que se cuenta que María Magdalena le lavó los pies a Jesucristo y que esto venía a demostrar y justificar la sumisión de la mujer ante el hombre. O también por el hecho de que la mujer dicen que fue creada por Dios partiendo de la costilla de un hombre y que por tanto a éste le debe su existencia y que por ello se tenga a la mujer como un ser inferior. Si esto es así, si esto parte de una concepción religiosa, en este caso católica, habrá que rebuscar en los libros sagrados, si es que existen, y replantearse muchas cosas de los que en ellos supuestamente se dice.