¡Hala, otra vez para Inglaterra!
El pasado día 17 el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, y alguno más de los que pertenecieron a su Gobierno, en un alarde de puro y duro cinismo se lanzaron a la calle para protestar contra la Ley del Aborto. Es decir, para quitarle el derecho a quienes no piensan como ellos y que, además, tienen que aceptar sus normas tan trasnochadas como cavernarias. Los organizadores de tan “moralizador” evento han dicho que lucharán hasta que en España no se produzca ningún aborto. Lo cual viene a decir que ¡hala, otra vez para Inglaterra!, los que puedan pagárselo claro. Es una forma de volver a los “añorados” tiempos del franquismo donde el aborto solo podían permitírselo las niñas de los ricos y de los beatos que querían ocultar la “vergüenza” de que su hija había sido preñada por el novio o por Dios sabe quién. ¡Cuanto cinismo!
A lo largo de sus ocho años al frente del Gobierno, a Aznar se le “olvidó” derogar la Ley del Aborto. La verdad es que nadie, ni tan siquiera Rouco, le recordó que esa Ley andaba por ahí y ahora Aznar se ve obligado, como penitencia, a darse una caminata de vez en cuando portando una pancarta para que se retire esta Ley. Hay que reconocer que no solamente él es el culpable de aquel “olvido” porque en esos ocho años Rouco y sus monaguillos no decían ni pío sobre la Ley en cuestión mientras se producían abortos a diario. Algo incomprensible ¿no? Muy posiblemente pudiera haber sucedido que dada la afinidad entre Rouco y Aznar, esta cuestión se podía haber dilucido en los despachos y no en la calle, pero de haber sido así Aznar no le hizo ni repajolero caso a Rouco, vamos, que se podría pensar que le tomó el pelo al cardenal.
En esos ocho años a Rouco y el resto de la Conferencia Episcopal no plantearon una sola manifestación con lo cual a mi me da la impresión de que en realidad esto del aborto es para la Iglesia, a pesar de que gritan tanto, una cuestión menor y que lo que subyace en el fondo de todo esto es el hecho ideológico y el empecinamiento de los obispo de que España y los españoles vayamos en contra de nuestra Constitución que deja bien claro que España en lo religioso es un Estado plural. Ahí es donde realmente les aprieta el zapato a los obispos a pesar de que económicamente a la Iglesia Católica y a sus centros de enseñanza nunca les ha ido también como les va con los socialistas, pero claro, lo quieren todo. Pero mira por donde en la época de Gobierno de Aznar no le pidieron que reformara la Constitución en lo tocante al tema de la religión. Por lo visto se les olvidó. En mi opinión lo único que los obispos, con Rouco al frente, pretenden, es dar la lata. No quieren perder el protagonismo ni el liderazgo religioso que les concedió el franquismo.
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