Hacia una España Mejor

martes, febrero 08, 2011

Las mujeres a la cárcel


Entre las iniciativas que piensa emprender Mariano Rajoy, en el caso de que alcance en Gobierno de España en 2012, figura la de derogar la Ley del Aborto. Es evidente que la presión de la Iglesia es muy fuerte y Rajoy quiere aprovechar hasta el último voto que pueda recoger sea como sea y venga de donde venga. No voy a entrar en detalles pero una cosa si quiero dejar bien clara, esto sólo tiene dos fines el primero quitarle el derecho a la mujer a decidir lo que crea más conveniente para ella y el segundo el que la mujer vuelva a sufrir penas de cárcel por abortar. Claro que esto no les va a ocurrir a las hijas de aquellas familias “cristianas” que utilicen los servicios de médicos ingleses, en Inglaterra claro, para abortar, como se hacía en otros tiempos.
No cabe duda de que, en pleno siglo XXI, la Iglesia sigue siendo muy poderosa e influya sobre algunos gobernantes. Esto de derogar la Ley del Aborto sólo pone de manifiesto el “enorme respeto” que las autoridades eclesiásticas les tienen a las mujeres. Como muestra señalaré algunas manifestaciones de esos que se declaran “marianistas” pero no por veneración a Mariano Rajoy sino a la Virgen María Madre de Dios y porque es la madre del “jefe” que si no tampoco. Su misoginia es palpable. El 27 de enero de 2008 el obispo de Orihuela-Alicante decía, refiriéndose a las mujeres maltratadas lo siguiente: “en otras épocas ha habido mayor paciencia y espíritu de sacrificio que ahora”. O sea, que según el obispo la mujer no aguanta una. Por cierto, recientemente el Papa ha nombrado a este obispo miembro de la Curia Romana, lo que nos da la medida exacta del carácter “progresista” y “reformista” de Benedicto XVI. Pero hay más. El 15 de febrero de 2006 saltaba a los medios de comunicación la noticia de que un cura de Valencia afirmaba en la hoja parroquial y también refiriéndose a la violencia de género, que “más de una vez las víctimas de malos tratos provocan con la lengua” y que “el varón, generalmente, no pierde los estribos por dominio, sino por debilidad, no aguanta más y reacciona descargando su fuerza que aplasta a la provocadora”. Como se puede observar los brutos desalmados tienen un buen defensor en este cura. Pero en la misma hoja parroquial, el 29 de mayo de 2005, el susodicho sacerdote justificaba el régimen de Franco diciendo lo siguiente: “El haber impedido el crimen del aborto y el matrimonio homosexual hace al régimen de Franco más justo que el de sus críticos actuales”. A esto añadía que “merecía ayudar al régimen que defendió a la Iglesia contra la mayor agresión de la historia”. ¿Se referiría a esa historia que nos cuenta que desde tiempos inmemoriales la mujer siempre ha sido agredida y menospreciada? Pienso yo. Una buena muestra de la consideración y respeto que la Iglesia profesa a la mujer nos la da la noticia publicada el 6 de marzo de 2008 en la que el Partido Popular subvencionaba en Granada un curso del Opus Dei para ser la “Mujer diez”. Para conseguir este galardón se preguntaba a las mujeres lo siguiente: “¿Sabes coser al bajo de un pantalón?” “¿Y hacer una buena tortilla de patatas?” ¿Sabes hacer una compra inteligente…?” El curso promovido por el Partido Popular, incluía materias como costura, cocina, plancha y nutrición”. Preguntas sobre la igualdad de la mujer ninguna. Este curso no lo mejoraba ni la Sección Femenina dirigida por Pilar Primo de Rivera en sus mejores tiempos. El 11 de marzo de 2009 la prensa reproducía las palabras de Benedicto XVI mediante las cuales pedía a las mujeres “que sepan obedecer” y darse “al prójimo” y L´Osservatore Romano resaltaba el poder “liberalizador” de la lavadora en la vida femenina y que era “uno de los factores que más había contribuido a la emancipación de la mujer”. El texto se titulaba “Pon el detergente cierra la tapa y relájate”. Pero hay una cosa que me llama la atención, en este artículo de L´Osservatore no se dice nada de la fregona Vileda la que evitó que la mujer se rompiera las rodillas fregando los suelos. Seguramente el no mencionarlo sería debido, pienso yo, a la disconformidad eclesiástica con que la mujer abandonara esa posición, arrodillada, de oración mientras fregaba los suelos. A lo mejor han ex comulgado al inventor de ese artilugio. Podría ser.
Si gana el PP, y el “flojeras” de Rajoy cede, como ya lo está haciendo, ante los dictados de la Iglesia Católica las mujeres lo van a tener mal, muy mal. Pero ¿qué dicen las mujeres del PP ante todo esto? ¿Callar y fregar?