"Retocar" el Estado de las Autonomías
Mucho se ha venido hablando estos pasados días sobre la conveniencia de “retocar”, mejor diría “recortar”, el Estado de las Autonomías, hay quien ha llegado hasta el extremo de sugerir o plantear que habría que dejarlo con la sola composición de las autonomías históricas, Cataluña y Euzkadi, eliminando al resto. Otros se ha manifestado por la necesidad de evitar duplicidades en todo lo concerniente al tema administrativo o burocrático, pero todo ello con un mismo fin: ver la posibilidad de ahorrar dinero. A esto último me apunto yo y aporto mi granito de arena en fijar la atención sobre algo que está en la mente de muchos españoles: Eliminar de un plumazo, así por la vía rápida, todas las diputaciones provinciales, en adelante “Dipus”, que solo sirven para dar cobijo a aquellos que no han podido ser colocados en las listas para las Cortes Españolas o autonómicas o para esos otros que no han podido ni tan siquiera ir en las listas municipales en puestos de salido y se les “enchufa” en las “Dipus”· como simples funcionarios de empleo o cargos de confianza.
En otros tiempos y dada la lejanía del Gobierno central las “Dipus” tenían su razón de ser para que las pequeñas poblaciones tuviesen cerca de ellas algún tipo de gobierno que atendiese a sus necesidades, necesidades que desde la lejanía, desde Madrid, no se percibían y mucho menos les llegaba el sonido de sus voces pidiendo que fuesen tenidos en cuenta. Ahora, con las autonomías el Gobierno está mucho más cercano y por tanto las voces de esos pueblos son escuchadas, otra cosa es que sean atendidas, deberían serlo, y por tanto las “Dipus” no tienen razón de ser. Aquí, en la provincia de Alicante, tenemos un buen ejemplo de lo innecesarias que son y que solo sirven para “amparar” a los “desheredados” de la política. No voy a centrarme en el hecho de que algunos de estos diputados provinciales que aún estando en la oposición ganan mejores sueldos que el presidente del Gobierno de España, así como suena, “ingresos por actividades” así le llaman al “jornal” mensual, de hasta 105.000 euros anuales, 17 millones de las antiguas pesetas. Pero no es esto lo más grave, aquí en la “Dipu” provincial los funcionarios de empleo y cargos de confianza se cuentan por muchas decenas, muchísimas, la mayoría de ellos provenientes de la defenestración por parte de Francisco Camps, presidente de la Generalitat Valenciana, de todos aquellos partidarios, que fueron muchos, del ex presidente valenciano y ex ministro, Eduardo Zaplana. El presidente de esta “Dipu” es zaplanista. Esto es una especie de albergue de Caritas pero a lo grande, a lo ostentoso. Un centro de acogida para damnificados por los “terremotos” políticos. Todo esto me atrevería a decir que supone un gasto mayor que el que se emplea para destinarlo como ayuda a esos pequeños pueblos a los que antes me he referido. No quiero hablar más sobre la “Dipu” alicantina porque me pongo negro. Imagino que en otras provincias españolas ocurrirá algo muy parecido. Por aquí, por las “Dipus”, es por donde convendría comenzar a cortar para ahorrar dinero, que sería mucho sin duda alguna. En cuanto a las autonomías no es cuestión de reducirlas sino de controlarlas administrativamente para que no se produzcan los desmadres económicos que se vienen dando.
En otros tiempos y dada la lejanía del Gobierno central las “Dipus” tenían su razón de ser para que las pequeñas poblaciones tuviesen cerca de ellas algún tipo de gobierno que atendiese a sus necesidades, necesidades que desde la lejanía, desde Madrid, no se percibían y mucho menos les llegaba el sonido de sus voces pidiendo que fuesen tenidos en cuenta. Ahora, con las autonomías el Gobierno está mucho más cercano y por tanto las voces de esos pueblos son escuchadas, otra cosa es que sean atendidas, deberían serlo, y por tanto las “Dipus” no tienen razón de ser. Aquí, en la provincia de Alicante, tenemos un buen ejemplo de lo innecesarias que son y que solo sirven para “amparar” a los “desheredados” de la política. No voy a centrarme en el hecho de que algunos de estos diputados provinciales que aún estando en la oposición ganan mejores sueldos que el presidente del Gobierno de España, así como suena, “ingresos por actividades” así le llaman al “jornal” mensual, de hasta 105.000 euros anuales, 17 millones de las antiguas pesetas. Pero no es esto lo más grave, aquí en la “Dipu” provincial los funcionarios de empleo y cargos de confianza se cuentan por muchas decenas, muchísimas, la mayoría de ellos provenientes de la defenestración por parte de Francisco Camps, presidente de la Generalitat Valenciana, de todos aquellos partidarios, que fueron muchos, del ex presidente valenciano y ex ministro, Eduardo Zaplana. El presidente de esta “Dipu” es zaplanista. Esto es una especie de albergue de Caritas pero a lo grande, a lo ostentoso. Un centro de acogida para damnificados por los “terremotos” políticos. Todo esto me atrevería a decir que supone un gasto mayor que el que se emplea para destinarlo como ayuda a esos pequeños pueblos a los que antes me he referido. No quiero hablar más sobre la “Dipu” alicantina porque me pongo negro. Imagino que en otras provincias españolas ocurrirá algo muy parecido. Por aquí, por las “Dipus”, es por donde convendría comenzar a cortar para ahorrar dinero, que sería mucho sin duda alguna. En cuanto a las autonomías no es cuestión de reducirlas sino de controlarlas administrativamente para que no se produzcan los desmadres económicos que se vienen dando.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home