¡Ojo con la coma!
Las encuestas están haciendo que en el PP se muestren extremadamente eufóricos y eso creo que favorece a su contrincante político más directo: El Partido Socialistas Obrero Español. Dentro del pragmatismo que me caracteriza en todo lo relacionado con las encuestas o sondeos en lo concerniente a la política, he de decir que a mí las encuestas no suelen mostrarme nada, una encuesta es un presupuesto y esto entra dentro de la suposición y de la hipótesis y las hipótesis no pasan de ser meras conjeturas. Normalmente los presupuestos no suelen cumplirse al pie de la letra, es más, en ocasiones su desfase en lo que respecta al capítulo de ingresos y gastos suele ser siempre deficitario, o sea que no se ingresa lo supuesto y lo que se gasta aumenta en demasía.
En todo esto de las encuestas, en lo que se refiere a los porcentajes que diferencian a un rival de otro, tiene mucho que ver la coma, ese signo ortográfico que entre otras cosas sirve para separar los números enteros de los decimales y que en muchos casos esa coma ha ocasionada tremendas decepciones a todos aquellos que creían que iban a obtener una victoria electoral apabullante.
Dicho lo anterior, y a la vista de cómo están funcionando las encuestas de intención de voto en estas últimas semanas, hay que recordar, para evitar esas euforias desmedidas que se desataron a la vista de las últimas encuestas que se dieron a través de los medios de comunicación cara a las elecciones generales de marzo de 1996. Esas encuestas daban una diferencia favorable al Partido Popular de 12 puntos, pues bien, al final resultó que la diferencia fue del 1,16% o sea que la coma jugó su papel y bajó de las nubes al que con tanta diferencia, a priori, iba a ganar esos comicios, en aquel momento a José María Aznar. Creo, estoy seguro, de que si los votantes del PSOE no se quedan en sus casas la coma le va a dar un gran disgusto a Rajoy que no lo tiene tan fácil como él y los suyos creen. Como dicen los taurinos. “Hasta el rabo todo es toro”. Por tanto no hay que perder de vista a la coma. No quiero que esto que voy a decir se tome como una perogrullada pero las diferencias se saben cuando se sacan los votos de las urnas y se cuentan. Como dicen los futboleros: “Las bolitas en la red”.
En todo esto de las encuestas, en lo que se refiere a los porcentajes que diferencian a un rival de otro, tiene mucho que ver la coma, ese signo ortográfico que entre otras cosas sirve para separar los números enteros de los decimales y que en muchos casos esa coma ha ocasionada tremendas decepciones a todos aquellos que creían que iban a obtener una victoria electoral apabullante.
Dicho lo anterior, y a la vista de cómo están funcionando las encuestas de intención de voto en estas últimas semanas, hay que recordar, para evitar esas euforias desmedidas que se desataron a la vista de las últimas encuestas que se dieron a través de los medios de comunicación cara a las elecciones generales de marzo de 1996. Esas encuestas daban una diferencia favorable al Partido Popular de 12 puntos, pues bien, al final resultó que la diferencia fue del 1,16% o sea que la coma jugó su papel y bajó de las nubes al que con tanta diferencia, a priori, iba a ganar esos comicios, en aquel momento a José María Aznar. Creo, estoy seguro, de que si los votantes del PSOE no se quedan en sus casas la coma le va a dar un gran disgusto a Rajoy que no lo tiene tan fácil como él y los suyos creen. Como dicen los taurinos. “Hasta el rabo todo es toro”. Por tanto no hay que perder de vista a la coma. No quiero que esto que voy a decir se tome como una perogrullada pero las diferencias se saben cuando se sacan los votos de las urnas y se cuentan. Como dicen los futboleros: “Las bolitas en la red”.
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