¡Cuanta porquería!
Si nuestros políticos, bueno nuestros lo que se dice nuestros no, mejor diría los que nos ha tocado sufrir, si estos fueran capaces de ponerse de acuerdo en la misma medida que lo hacen cuando hablan de sus sueldos y de sus pensiones, estoy seguro de que a los españoles nos iría mucho mejor.
Resulta que un pequeño partido con representación el el Congreso de los Diputados que ha contado con el resto de esos otros que no han alcanzado a formar grupo parlamentario por su escaso números de diputados, ha propuesto limitar las pensiones de los expresidentes que hoy cuentan con unos ingresos, todos ellos provenientes del erario público, es decir de los impuestos de los ciudadanos, de 15.000 euros anuales para gastos de oficina, atenciones de carácter social –esto de las “atenciones de carácter social” no sé si será para dar limosnas o para obras de caridad- y para alquileres de inmuebles. A más de esto pueden convertirse en consejeros natos y vitalicios del Consejo de Estado y cobrar por ello. Actualmente todos los expresidentes de la democracia desde Suárez pasando por Aznar y González hasta Zapatero, tienen una pensión de 80.000 euros anuales cada uno que pueden compatibilizar con los ingresos y rendimientos que obtengan como consejeros o asesores de empresas privadas u otros derechos de contenido patrimonial. La propuesta viene a solicitar el hacer incompatible el cobro de su pensión pública con retribuciones procedentes de la empresa privada, como actualmente se da en González y Aznar, contratados por Gas Natural y Endesa con sueldos que van por encima de los 130.000 euros al año. Como es “lógico y normal” el PP, el PSOE y CiU han rechazado la propuesta.
La verdad es que todo esto es francamente lamentable y sobre todo poco ético, resulta que si un pensionista quiere trabajar y lo hace a tiempo parcial le descuentan de su pensión la parte proporcional y si lo hace a tiempo completo le suspenden el pago de la pensión mientras dure su trabajo y si a un parado que esté cobrando el subsidio de desempleo le “pillan” trabajando la que le cae es de las de aquí te espero, sin embargo los expresidentes cobran su “trabajo” por encima de la pensión y siguen cobrando por ambos conceptos. Actualmente estamos asistiendo a congelación de pensiones, aumentos de ellas que vale más no mencionar y reducción de salarios a los funcionarios, mientras a estos que disfrutan de los “privilegios” de la “casta política” les consienten, con el visto bueno de todo un Parlamento, que acaparen cuantos más sueldos mejor. Para acabar no se me ocurre otro modo de definir este tipo de “corruptelas” con simplemente dos palabras: ¡Cuanta mierda!
Resulta que un pequeño partido con representación el el Congreso de los Diputados que ha contado con el resto de esos otros que no han alcanzado a formar grupo parlamentario por su escaso números de diputados, ha propuesto limitar las pensiones de los expresidentes que hoy cuentan con unos ingresos, todos ellos provenientes del erario público, es decir de los impuestos de los ciudadanos, de 15.000 euros anuales para gastos de oficina, atenciones de carácter social –esto de las “atenciones de carácter social” no sé si será para dar limosnas o para obras de caridad- y para alquileres de inmuebles. A más de esto pueden convertirse en consejeros natos y vitalicios del Consejo de Estado y cobrar por ello. Actualmente todos los expresidentes de la democracia desde Suárez pasando por Aznar y González hasta Zapatero, tienen una pensión de 80.000 euros anuales cada uno que pueden compatibilizar con los ingresos y rendimientos que obtengan como consejeros o asesores de empresas privadas u otros derechos de contenido patrimonial. La propuesta viene a solicitar el hacer incompatible el cobro de su pensión pública con retribuciones procedentes de la empresa privada, como actualmente se da en González y Aznar, contratados por Gas Natural y Endesa con sueldos que van por encima de los 130.000 euros al año. Como es “lógico y normal” el PP, el PSOE y CiU han rechazado la propuesta.
La verdad es que todo esto es francamente lamentable y sobre todo poco ético, resulta que si un pensionista quiere trabajar y lo hace a tiempo parcial le descuentan de su pensión la parte proporcional y si lo hace a tiempo completo le suspenden el pago de la pensión mientras dure su trabajo y si a un parado que esté cobrando el subsidio de desempleo le “pillan” trabajando la que le cae es de las de aquí te espero, sin embargo los expresidentes cobran su “trabajo” por encima de la pensión y siguen cobrando por ambos conceptos. Actualmente estamos asistiendo a congelación de pensiones, aumentos de ellas que vale más no mencionar y reducción de salarios a los funcionarios, mientras a estos que disfrutan de los “privilegios” de la “casta política” les consienten, con el visto bueno de todo un Parlamento, que acaparen cuantos más sueldos mejor. Para acabar no se me ocurre otro modo de definir este tipo de “corruptelas” con simplemente dos palabras: ¡Cuanta mierda!
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