¿Se echa de menos una banca pública?
Dada la situación de la banca española creo que al igual que yo, muchos españoles se estarán formulando las siguientes preguntas: ¿Para qué queremos una banca privada si cuando la economía va mal tiene que salir el Estado en su ayuda? ¿No sería mejor la convivencia de una banca pública con la privada? ¿Se acertó cuando desapareció el grupo estatal Argentaria? ¿Debería “reinventarse” de nuevo esa corporación bancaria estatal que fue fundada en 1991 por uno de los gobiernos de Felipe González, para ser privatizada en 1999 por el gobierno de José María Aznar y se fusionó con el BBV, hoy BBVA? ¿Fue un error esta privatización?
Después de plasmar como una especie de guión para posteriormente desarrollarlo y ampliarlo tanto el titular de este comentario como las preguntas antes reflejadas, me dispuse a buscar más datos en Internet para documentarme sobre esta cuestión cuando de repente me encontré en un blog de economía un artículo, lamento no poder dar el nombre del autor dado que no figuraba, que venía a responder, o mejor dicho a coincidir con mis reflexiones, por cierto el titular del artículo era prácticamente el mismo que yo he elegido para este escrito. Dicho artículo está fechado el 25 de febrero de 2011, pero dada la actualidad de su contenido me permito reproducirlo y desistir de hacer comentario propio alguno como complemento a mis preguntas.
El título de dicho artículo es el siguiente: ¿Quién echa de menos a Argentaria? Y dice así: “Argentaria fue un Banco Público español que se fundó en 1991 promovido por el gobierno socialista de entonces, con la intención de crear un Holding Público que aglutinara a todos los bancos públicos, de esta forma nació la Corporación Bancaria de España (Argentaria). Estaba formada por las siguientes entidades de crédito públicas: Banco Hipotecario de España, Banco de Crédito Local, Banco Exterior de España, Banco de Crédito Agrícola, Banco de Alicante y la Caja Postal de Ahorros”.
“Con el primer gobierno del Partido Popular, Argentaria se fue privatizando y en el año 1999 se fusionó con el Banco Bilbao Vizcaya, conocido por sus siglas BBV, dando lugar al segundo banco más importante de nuestro país, el BBVA. Nadie duda que las privatizaciones que se realizaron en España, en la primera etapa de Gobierno del PP, originó un superávit fiscal que permitió entre otras cosas que se cumplieran los criterios de convergencia (nominales) establecidos para los países que querían formar parte de la Unión Monetaria y establecer como moneda común el euro. Algunas de las privatizaciones fueron muy cuestionadas (El País) y con la privatización de Argentaria el Estado se quedó sin ninguna entidad de crédito pública para poder inyectar liquidez al mercado y conceder créditos a las Pymes bien gestionadas que presentan necesidades de liquidez y que se han visto en una situación financiera muy comprometida”.
“En la actualidad hay muchas empresas y particulares que tienen muy restringido el acceso a los préstamos que conceden las entidades de crédito, porque los Bancos y Cajas también tienen problemas financieros y están muy preocupados en cumplir las exigencias de capital impuestas por Europa para garantizar la solvencia del sistema financiero. Por eso muchos de los recursos monetarios prestados por los Estados a los bancos, en lugar de revertirlo en la economía lo han utilizado para sanear sus balances. La economía sin crédito no funciona y si no se conceden préstamos y créditos a un interés razonable, no se realizan proyectos de inversión por falta de financiación, no salen adelante las Pymes que van bien pero se ven ahogadas financieramente, entre otras cosas por el alto coste financiero con el que se renuevan sus líneas de crédito, no hacen realidad las ideas de los emprendedores y por consiguiente no pueden materializar sus proyectos empresariales, no se consume más que lo que se puede pagar en el corto plazo, etc”.
“El sistema financiero es clave para el desarrollo económico de un país y por eso es tan importante que concedan préstamos y créditos con fluidez y a un interés razonable desde un punto de vista humano y no desde el punto de vista que un ordenador puede tener sobre el riesgo de un cliente….. Si un país no tiene una entidad de crédito pública para conceder (razonablemente) dinero a los agentes económicos que lo necesiten, su capacidad de maniobra y de intervención en materia monetaria queda muy limitada y condicionada a las decisiones bancarias privadas, puesto que la política monetaria es competencia del BCE. Seguro que muchas empresas desearían tener una “Argentaria” con más músculo financiero que el Instituto de Crédito Oficial”. Hasta aquí el contenido del artículo que me he permitido copiar.
Y acabo, con la pregunta del titular: ¿Se echa de menos a la banca pública? Y claro está acabo también, insistiendo con las preguntas que el principio he formulado. A propósito, me puede aclarar alguien si ha dimitido ya Carlos Dívar.
Después de plasmar como una especie de guión para posteriormente desarrollarlo y ampliarlo tanto el titular de este comentario como las preguntas antes reflejadas, me dispuse a buscar más datos en Internet para documentarme sobre esta cuestión cuando de repente me encontré en un blog de economía un artículo, lamento no poder dar el nombre del autor dado que no figuraba, que venía a responder, o mejor dicho a coincidir con mis reflexiones, por cierto el titular del artículo era prácticamente el mismo que yo he elegido para este escrito. Dicho artículo está fechado el 25 de febrero de 2011, pero dada la actualidad de su contenido me permito reproducirlo y desistir de hacer comentario propio alguno como complemento a mis preguntas.
El título de dicho artículo es el siguiente: ¿Quién echa de menos a Argentaria? Y dice así: “Argentaria fue un Banco Público español que se fundó en 1991 promovido por el gobierno socialista de entonces, con la intención de crear un Holding Público que aglutinara a todos los bancos públicos, de esta forma nació la Corporación Bancaria de España (Argentaria). Estaba formada por las siguientes entidades de crédito públicas: Banco Hipotecario de España, Banco de Crédito Local, Banco Exterior de España, Banco de Crédito Agrícola, Banco de Alicante y la Caja Postal de Ahorros”.
“Con el primer gobierno del Partido Popular, Argentaria se fue privatizando y en el año 1999 se fusionó con el Banco Bilbao Vizcaya, conocido por sus siglas BBV, dando lugar al segundo banco más importante de nuestro país, el BBVA. Nadie duda que las privatizaciones que se realizaron en España, en la primera etapa de Gobierno del PP, originó un superávit fiscal que permitió entre otras cosas que se cumplieran los criterios de convergencia (nominales) establecidos para los países que querían formar parte de la Unión Monetaria y establecer como moneda común el euro. Algunas de las privatizaciones fueron muy cuestionadas (El País) y con la privatización de Argentaria el Estado se quedó sin ninguna entidad de crédito pública para poder inyectar liquidez al mercado y conceder créditos a las Pymes bien gestionadas que presentan necesidades de liquidez y que se han visto en una situación financiera muy comprometida”.
“En la actualidad hay muchas empresas y particulares que tienen muy restringido el acceso a los préstamos que conceden las entidades de crédito, porque los Bancos y Cajas también tienen problemas financieros y están muy preocupados en cumplir las exigencias de capital impuestas por Europa para garantizar la solvencia del sistema financiero. Por eso muchos de los recursos monetarios prestados por los Estados a los bancos, en lugar de revertirlo en la economía lo han utilizado para sanear sus balances. La economía sin crédito no funciona y si no se conceden préstamos y créditos a un interés razonable, no se realizan proyectos de inversión por falta de financiación, no salen adelante las Pymes que van bien pero se ven ahogadas financieramente, entre otras cosas por el alto coste financiero con el que se renuevan sus líneas de crédito, no hacen realidad las ideas de los emprendedores y por consiguiente no pueden materializar sus proyectos empresariales, no se consume más que lo que se puede pagar en el corto plazo, etc”.
“El sistema financiero es clave para el desarrollo económico de un país y por eso es tan importante que concedan préstamos y créditos con fluidez y a un interés razonable desde un punto de vista humano y no desde el punto de vista que un ordenador puede tener sobre el riesgo de un cliente….. Si un país no tiene una entidad de crédito pública para conceder (razonablemente) dinero a los agentes económicos que lo necesiten, su capacidad de maniobra y de intervención en materia monetaria queda muy limitada y condicionada a las decisiones bancarias privadas, puesto que la política monetaria es competencia del BCE. Seguro que muchas empresas desearían tener una “Argentaria” con más músculo financiero que el Instituto de Crédito Oficial”. Hasta aquí el contenido del artículo que me he permitido copiar.
Y acabo, con la pregunta del titular: ¿Se echa de menos a la banca pública? Y claro está acabo también, insistiendo con las preguntas que el principio he formulado. A propósito, me puede aclarar alguien si ha dimitido ya Carlos Dívar.
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