Carlos Dívar, el Rey y la austeridad
El próximo lunes, si no impera la cordura y se anula su presencia, el Rey, con motivo de su asistencia a la sede del Tribunal Supremo (TS) con motivo de la celebración del bicentenario de esta institución, se encontrará con el hoy ya célebre presidente del TS, Carlos Dívar. No entro en la oportunidad de la presencia del monarca en dicho acto junto a un Carlos Dívar, cuya imagen anda estos días un tanto deteriorada, por las circunstancias que todos conocemos.
Se van a juntar pues, dos personajes que de una u otra forma están planteando en la mente de muchos españoles algunas interrogantes que se concretan en preguntarse o preguntar si es lícito gastar el dinero público sin la obligación de justificar en qué se ha gastado, esto en el caso de Carlos Dívar, y en lo que concierne al Rey a los españoles no les ha quedado muy claro si fue invitado para ir a Botsuana a matar elefantes y si fue así por quien y para qué, o se pagó él mismo lo que costó la cacería con el dinero de todos los españoles que contribuimos al sostenimiento de la Familia Real. Ambas cuestiones han creado, dados los tiempos que corren, un profundo malestar entre la ciudadanía y el “lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir” creo que no ha sido lo suficientemente convincente para la opinión pública.
Evidentemente en ambos casos no se ha dado una lección de austeridad, como exigen las circunstancias, pero para eso ya están los políticos, en este caso el Gobierno de Rajoy, para vigilar que los dineros públicos se administren y se distribuyan bien. Un buen ejemplo de ello es que en la Comunidad Valenciana la consellería de Sanidad ya ha comenzado a aplicar esas normas de austeridad para gastar menos dinero: Han rebajado la cantidad y la calidad de la comida en los hospitales para ahorrar y han implantado el menú único, ya no hay dos platos para elegir. En el Hospital General de Alicante ya han comenzado a aplicar esta medida. Las pechugas de pollo pasan de 140 gramos a 120. Además los filetes de ternera han desaparecido de los menús de los hospitales. Las piezas de merluza bajan su peso de 160 a 140 gramos. Especies como el emperador o el mero desaparecen de los menús y se sustituyen por otras más económicas como la panga o la tintorera. Las piezas de fruta también se reducen y pasan de 150 a 120 gramos y es lo único que el enfermo tomará de postre, ya que los lácteos se eliminan de los menús. Se han eliminado los menús infantiles que antes se servían a los niños ingresados, a partir de ahora comerán el mismo menú que los mayores. Se suprimen los zumos y yogures por la noche y se rebaja la cantidad de agua que se da a los enfermos. De una botella de litro y medio se pasa a dos botellines de 33 centilitros al día con la comida y con la cena. Se libran, estaría bueno que no, los enfermos que por prescripción médica tangan que beber mucho líquido. Un dato curioso, los usuarios dicen que los filetes de pollo son como láminas y las barras de pan también han menguado. La mantequilla ha sido sustituida por margarina. Lo dicho anteriormente es rigurosamente cierto y así lo han publicado algunos periódicos Los enfermos que han estado varias veces hospitalizados dicen que la diferencia es enorme. Yo no creo que esto sea motivo de crítica, más bien habría que considerarlo como una medida para combatir la obesidad ya que los enfermos están allí todo el día “tirados” en la cama y sin hacer nada, y esto viene a ser como un método para evitar enfermedades cardiovasculares. Deben comprender que es por su bien ¿o no? Una observación, desde la consellería dicen que con este menú único se va a producir un ahorro de 7,5 millones de euros. Recientemente la Generalitat Valenciana se ha gastado 21 millones de euros para que las carreras de Fórmula 1 se sigan dando en Valencia.
Austeridad, esa es la norma y se ha empezado por los enfermos, a ver si los matan de hambre y Sanidad se ahorra más dinero aún, lo de Carlos Dívar y lo del Rey son ganas de marear la perdiz, cuando se está bueno y sano hay que divertirse, comer y beber bien, aunque uno acabe como el Rey dándose un “cacharrazo” al saltar de la cama y se “escoñe” parte de su osamenta. Pero mira por donde y gracias al porrazo que se dio, los españoles pudimos enterarnos de que el monarca andaba por ahí “fomentando” la austeridad. En fin. ¿Ha dimitido ya Carlos Dívar?
Se van a juntar pues, dos personajes que de una u otra forma están planteando en la mente de muchos españoles algunas interrogantes que se concretan en preguntarse o preguntar si es lícito gastar el dinero público sin la obligación de justificar en qué se ha gastado, esto en el caso de Carlos Dívar, y en lo que concierne al Rey a los españoles no les ha quedado muy claro si fue invitado para ir a Botsuana a matar elefantes y si fue así por quien y para qué, o se pagó él mismo lo que costó la cacería con el dinero de todos los españoles que contribuimos al sostenimiento de la Familia Real. Ambas cuestiones han creado, dados los tiempos que corren, un profundo malestar entre la ciudadanía y el “lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir” creo que no ha sido lo suficientemente convincente para la opinión pública.
Evidentemente en ambos casos no se ha dado una lección de austeridad, como exigen las circunstancias, pero para eso ya están los políticos, en este caso el Gobierno de Rajoy, para vigilar que los dineros públicos se administren y se distribuyan bien. Un buen ejemplo de ello es que en la Comunidad Valenciana la consellería de Sanidad ya ha comenzado a aplicar esas normas de austeridad para gastar menos dinero: Han rebajado la cantidad y la calidad de la comida en los hospitales para ahorrar y han implantado el menú único, ya no hay dos platos para elegir. En el Hospital General de Alicante ya han comenzado a aplicar esta medida. Las pechugas de pollo pasan de 140 gramos a 120. Además los filetes de ternera han desaparecido de los menús de los hospitales. Las piezas de merluza bajan su peso de 160 a 140 gramos. Especies como el emperador o el mero desaparecen de los menús y se sustituyen por otras más económicas como la panga o la tintorera. Las piezas de fruta también se reducen y pasan de 150 a 120 gramos y es lo único que el enfermo tomará de postre, ya que los lácteos se eliminan de los menús. Se han eliminado los menús infantiles que antes se servían a los niños ingresados, a partir de ahora comerán el mismo menú que los mayores. Se suprimen los zumos y yogures por la noche y se rebaja la cantidad de agua que se da a los enfermos. De una botella de litro y medio se pasa a dos botellines de 33 centilitros al día con la comida y con la cena. Se libran, estaría bueno que no, los enfermos que por prescripción médica tangan que beber mucho líquido. Un dato curioso, los usuarios dicen que los filetes de pollo son como láminas y las barras de pan también han menguado. La mantequilla ha sido sustituida por margarina. Lo dicho anteriormente es rigurosamente cierto y así lo han publicado algunos periódicos Los enfermos que han estado varias veces hospitalizados dicen que la diferencia es enorme. Yo no creo que esto sea motivo de crítica, más bien habría que considerarlo como una medida para combatir la obesidad ya que los enfermos están allí todo el día “tirados” en la cama y sin hacer nada, y esto viene a ser como un método para evitar enfermedades cardiovasculares. Deben comprender que es por su bien ¿o no? Una observación, desde la consellería dicen que con este menú único se va a producir un ahorro de 7,5 millones de euros. Recientemente la Generalitat Valenciana se ha gastado 21 millones de euros para que las carreras de Fórmula 1 se sigan dando en Valencia.
Austeridad, esa es la norma y se ha empezado por los enfermos, a ver si los matan de hambre y Sanidad se ahorra más dinero aún, lo de Carlos Dívar y lo del Rey son ganas de marear la perdiz, cuando se está bueno y sano hay que divertirse, comer y beber bien, aunque uno acabe como el Rey dándose un “cacharrazo” al saltar de la cama y se “escoñe” parte de su osamenta. Pero mira por donde y gracias al porrazo que se dio, los españoles pudimos enterarnos de que el monarca andaba por ahí “fomentando” la austeridad. En fin. ¿Ha dimitido ya Carlos Dívar?
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