No hay más ciego...
Esto son avisos que el Gobierno parece que quiere ignorar mirando para otro lado, la desobediencia civil es un hecho palpable que hay que tener muy presente por sus consecuencias.
No, no voy a comentar el bochornoso espectáculo que se dio en Telecinco el pasado sábado día 22 en el programa El Gran Debate. La encerrona que, en mi opinión, se le hizo a Llamazares y Sánchez Gordillo, no entiendo como Llamazares, un veterano curtido en mil debates asistió a este programa sabiendo cómo se suele desarrollar, aunque es un político que no huye y siempre da la cara, fue uno de esos momentos en que uno siente vergüenza ajena y se da perfecta cuenta de la poca autoestima que se profesan asimismo algunos personajes, como puede ser el caso de la conductora del programa y de los tres periodistas que estaban situados a la derecha, según se mira, de la pantalla, posiblemente estuvieran a la derecha por sus propias convicciones, no sé, es una apreciación mía posiblemente sin fundamento.
Yo no voy a entrar en si los incidentes registrados en dos supermercados de Andalucía y tampoco entro a valorar si se trata de un robo, que no lo es en absoluto, o de un acto simbólico, a mi modo de ver se trata de que un sindicato formado por gente honesta, que siente los sufrimientos de las personas más desafortunadas como suyos propios y que con estas dos acciones ha dado un aviso a navegantes, en este caso del Gobierno, del mal tiempo que se avecina. Creo que los españoles, que ya son gente madura e inteligente, a pesar de que el Gobierno crea que no, habrán sacado ya sus propias conclusiones y habrán valorado lo sucedido en su justa realidad. Aquí ya nadie se chupa el dedo. El problema más grave que hoy tenemos los españoles, más que la crisis, es lo que se puede derivar de la calamitosa situación por la que estamos pasando, y si alguien cree que a él no le va a tocar está más que equivocado, de esta solo se libran los poderosos y puede que algunos sean arrastrados también por este tsunami. Una situación que el Gobierno se niega a admitir, no hay más ciego que quien no quiere ver y este es el caso del Ejecutivo presidido por Rajoy. Vamos a tener un otoño caliente si Rajoy sigue empecinado en su errática actitud y que está propiciando el que no solamente él y su Gobierno, estén en caída libre sino que nos está arrastrando a todos los españoles. Llegar a esta conclusión no es nada difícil, no hay más que ver las manifestaciones en cadena y a diario que se están dando, los cortes de autovía y autopistas, la oposición a los desahucios y lo sucedido en los dos supermercados son hechos preocupantes que no auguran nada bueno. La gente está harta de que la esquilmen y la engañen. Esto son avisos que el Gobierno parece que quiere ignorar mirando para otro lado, la desobediencia civil es un hecho palpable que hay que tener muy presente por sus consecuencias y que viene motivada por las iniciativas tan negativas que este Gobierno está generando con los palos de ciego que de continuo está dando.
Con lo que se avecina, lo vemos todos menos el Gobierno, creo que Mariano Rajoy, debería leerle la cartilla al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. No hay más que mirarle la cara para darse cuenta de que este personaje no es precisamente de los que irradian mesura, prudencia y sosiego, su carácter ya lo pudimos comprobar con lo que aconteció en la llamada “•primavera valenciana” y las ordenes que dio para actuar contra los que habían tenido algo que ver con los incidentes registrados en los dos supermercados. Cada vez que oigo hablar y veo actuar a este individuo más me recuerda a los tristes tiempos pasados. Las medidas que este ministro pueda adoptar para evitar que la gente se manifieste en las calles me preocupan ya que pueden contribuir a empeorar la situación en vez de calmarla. Con este señor al frente de Interior al Gobierno se le pueden complicar, aún más, las cosas.
No, no voy a comentar el bochornoso espectáculo que se dio en Telecinco el pasado sábado día 22 en el programa El Gran Debate. La encerrona que, en mi opinión, se le hizo a Llamazares y Sánchez Gordillo, no entiendo como Llamazares, un veterano curtido en mil debates asistió a este programa sabiendo cómo se suele desarrollar, aunque es un político que no huye y siempre da la cara, fue uno de esos momentos en que uno siente vergüenza ajena y se da perfecta cuenta de la poca autoestima que se profesan asimismo algunos personajes, como puede ser el caso de la conductora del programa y de los tres periodistas que estaban situados a la derecha, según se mira, de la pantalla, posiblemente estuvieran a la derecha por sus propias convicciones, no sé, es una apreciación mía posiblemente sin fundamento.
Yo no voy a entrar en si los incidentes registrados en dos supermercados de Andalucía y tampoco entro a valorar si se trata de un robo, que no lo es en absoluto, o de un acto simbólico, a mi modo de ver se trata de que un sindicato formado por gente honesta, que siente los sufrimientos de las personas más desafortunadas como suyos propios y que con estas dos acciones ha dado un aviso a navegantes, en este caso del Gobierno, del mal tiempo que se avecina. Creo que los españoles, que ya son gente madura e inteligente, a pesar de que el Gobierno crea que no, habrán sacado ya sus propias conclusiones y habrán valorado lo sucedido en su justa realidad. Aquí ya nadie se chupa el dedo. El problema más grave que hoy tenemos los españoles, más que la crisis, es lo que se puede derivar de la calamitosa situación por la que estamos pasando, y si alguien cree que a él no le va a tocar está más que equivocado, de esta solo se libran los poderosos y puede que algunos sean arrastrados también por este tsunami. Una situación que el Gobierno se niega a admitir, no hay más ciego que quien no quiere ver y este es el caso del Ejecutivo presidido por Rajoy. Vamos a tener un otoño caliente si Rajoy sigue empecinado en su errática actitud y que está propiciando el que no solamente él y su Gobierno, estén en caída libre sino que nos está arrastrando a todos los españoles. Llegar a esta conclusión no es nada difícil, no hay más que ver las manifestaciones en cadena y a diario que se están dando, los cortes de autovía y autopistas, la oposición a los desahucios y lo sucedido en los dos supermercados son hechos preocupantes que no auguran nada bueno. La gente está harta de que la esquilmen y la engañen. Esto son avisos que el Gobierno parece que quiere ignorar mirando para otro lado, la desobediencia civil es un hecho palpable que hay que tener muy presente por sus consecuencias y que viene motivada por las iniciativas tan negativas que este Gobierno está generando con los palos de ciego que de continuo está dando.
Con lo que se avecina, lo vemos todos menos el Gobierno, creo que Mariano Rajoy, debería leerle la cartilla al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. No hay más que mirarle la cara para darse cuenta de que este personaje no es precisamente de los que irradian mesura, prudencia y sosiego, su carácter ya lo pudimos comprobar con lo que aconteció en la llamada “•primavera valenciana” y las ordenes que dio para actuar contra los que habían tenido algo que ver con los incidentes registrados en los dos supermercados. Cada vez que oigo hablar y veo actuar a este individuo más me recuerda a los tristes tiempos pasados. Las medidas que este ministro pueda adoptar para evitar que la gente se manifieste en las calles me preocupan ya que pueden contribuir a empeorar la situación en vez de calmarla. Con este señor al frente de Interior al Gobierno se le pueden complicar, aún más, las cosas.
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