Sombras del Jurásico
La verdad es que mucha gente cree que en la Iglesia Católica no hay sectarismo, ni tan siquiera radicalismos y ante esta creencia resulta un tanto decepcionante el comprobar cómo esta apreciación es totalmente errónea. En torno a la Iglesia de Pedro, pululan multitud de individuos que pretenden convertirse en referentes del catolicismo y que no hacen más que causarle graves daños a esa confesión religiosa.
Dicho lo anterior y por citar algún caso concreto, se puede poner como ejemplo el del militante del Opus Dei y ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, un personaje que, lo he dicho en varias ocasiones, a mi me causa un cierto temor y bastante preocupación, su semblante y su mirada no me generan confianza alguna y estoy seguro de que ha sido un error el que Rajoy le haya dado esta función ministerial porque, a mi no me cabe la menor duda, llegará un momento en que nos crearé serios problemas a todos. Para mí este personaje es un radical y lo ha demostrado en varias ocasiones en las que las fuerzas policiales bajo su mando se han excedido al disolver algunas manifestaciones. Los policías a nivel individual no suelen, hay algún caso que sí, emplearse con extrema dureza, si lo hacen es porque reciben órdenes de reprimir de forma contundente a los manifestantes.
Este personaje, que en mi opinión se mueve entre lo religioso y lo represivo, ha dicho que “no se debe proteger al matrimonio gay porque no garantiza la pervivencia de la especie”. Esto solo puede decirlo un sujeto irreflexivo que no piensa sus palabras antes de pronunciarlas y lo que de ellas se pueda derivar y la respuesta que pueda recibir. No sé qué clase libros religiosos leerá ni si conoce las reglas de la Iglesia Católica a pesar de su pertenencia a una congregación religiosa. Entre las reglas se encuentra una de obligado cumplimento: la del celibato. Norma que en mi opinión contraviene aquello que dice el capítulo IX del Génesis y en el que se recoge la orden de Dios a Noé después del Diluvio: “Creced y multiplicaos y poblad la tierra”. El celibato no “garantiza la pervivencia de la especie” y por tanto es la Iglesia la primera que incumple ese mandato que Dios dio a Noé, llegado a esta conclusión, es más que discutible la afirmación de Jorge Fernández Díaz, sobre el peligro de la “pervivencia de la especie” por culpa de los matrimonios entre personas del mismo sexo.
A la vista de este tipo de actitudes en mi opinión hijas de la intolerancia, de la incultura y del desconocimiento y la desconexión con el mundo real, a mi me entran serias dudas sobre eso que dicen los estudiosos de que los dinosaurios desaparecieron de la tierra hace millones de años como consecuencia del choque de un meteorito gigante con la tierra. Está claro que todos no murieron y que aún quedan vivos algunos de aquellos especímenes del periodo Jurásico.
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