Cuando las ranas críen pelos
No recuerdo el título de aquella película protagonizada por aquel “actorazo” de grato recuerdo llamado Mario Moreno “Cantinflas” y sí recuerdo aquella escena en que uno de los actores le espeta a “Cantinflas” que “había que dar la cara” a lo que este respondió: “Yo no doy la cara porque una vez que la di me la rompieron”. Me ha venido esto a la memoria a raíz de leer lo que hace unos días dijo el portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Alfonso Alonso, afirmando que “lo más importante que tiene que hacer un político es dar la cara”. No creo que lo dijera por su “jefe” Mariano Rajoy, por el hecho de que este está “missing”, desaparecido, más desaparecido que Chuck Norris, solo que este “desapareció en combate” y Rajoy ha desaparecido en medio de la crisis, por lo que no se puede materializar lo que decía Alfonso Alonso, que reivindicaba la necesidad de políticos “cercanos” que “den la cara” y “miren a la gente a los ojos”. Está claro que no se refiere a Rajoy, este está “lejano”, “no da la cara”, eso es más que evidente y “no puede mirar a la gentes a los ojos” porque su ceguera está muy acentuada.
Lo de la Rajoy ya es algo a lo que los españoles nos estamos acostumbrando, lo vemos refugiado dentro de un televisor del que por lo visto no piensa salir, tanto es así que cuando acabó esa especie de funeral que fue el consejo de ministros celebrado el pasado viernes día 26 y cuando más necesario se hacía el salir a “dar la cara” ante los periodistas no lo hizo, en su lugar salieron la vicepresidenta y los ministros De Guindos y Montoro. Aquello era patético, Soraya Sáenz de Santamaría estaba abrumada y asustada con tanto periodista delante y con tantas preguntas, De Guindos, por su semblante daba la impresión de que había perdido a algún ser muy querido y Montoro intentaba dar sensación de alegría con una sonrisa nerviosa que la verdad es que daba pena verlo a él y a sus dos compañeros.
Cuando procedieron a “confesarse” ante los periodistas, debió hacerlo, por la gravedad de la situación Rajoy, vinieron a decir que España está hechas unos zorros, algo que no creo sorprendiera a nadie y que el Gobierno reconoce su incapacidad para solventar la “papeleta”, algo que tampoco creo que haya cogido a nadie de nuevas pues hace tiempo que los españoles tenemos muy claro que este Gobierno está quemado y derrotado y que es incapaz de emprender iniciativas tendentes a la consecución de resultados positivos. Los tres miembros del Gobierno que “dieron la cara” dejaron bien claro que la “herencia” que Zapatero les pudo dejar la han “administrado” “muy bien”, tan bien que ellos la han multiplicado por tres. Se mantendrán los impuestos, entre ellos la subida del IRPF que era “temporal”, para dos años 2012 y 2013, pero continuará en 2014, y que la tasa del desempleo se prologará hasta 2015, aunque las previsiones de este Gobierno fallan más que una escopeta vieja. Cada dos por tres cambian los indicadores, ese viernes lo hicieron por enésima vez. Decía un tertuliano en “La sexta noche”, concretamente Alfonso Rojo, que había que reconocerle a este Gobierno el que dijera la verdad, con todos mis respetos al señor Rojo he de decirle que pretender ocultar la verdad a estas alturas, cuando todos los españoles de forma directa o indirecta las están pasando “canutas”, saben perfectamente lo que está pasando, sería el colmo de la mentira. Si han dicho la verdad es porque han llegado al límite de su incompetencia y han puesto en evidencia el que la cosa está mal, muy mal, peor que muy mal: Una catástrofe.
En cualquier caso esta “verdad” del Gobierno ha servido para que los españoles saquen sus conclusiones sobre cómo está el “patio”, lo que ha provocado el que haya diversas opiniones, unos, los más optimistas creen que la recuperación comenzará a producirse “cuando Dios quiera” y otros, los más pesimistas, creen que la “remontada” empezará “cuando las ranas críen pelos”.
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