Dejemos en paz a las madres
Cuando desde los medios de comunicación cavernarios que apoyan e intentan justificar la incompetencia de este Gobierno y criminalizar a los que muestran su disconformidad ante lo mal que están gestionando los problemas que afectan a los españoles, cuando desde estas instancias se critica a todos aquellos que muestra sus quejas, de lo única forma que pueden hacerlo dado que nadie del Gobierno y del partido que le apoya les escucha, acusándoles de asustar a los niños de los políticos, cuando todo esto ocurre ,estos trogloditas amparados tras unas hojas de papel, de un micrófono o desde el cómodo estudio de una emisora de televisión dando la cara al estilo Rajoy sin atreverse a plantarse ante esos que ellos critican en un acto de manifiesta actitud de cobardía. Estos medios se dedican ahora a meterse con las madres de los que protestan y para empezar han comenzado con la madre de Ada Colau, portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) “denunciando” que esta trabaja en una inmobiliaria. No sé si con esto quieren dar a entender que las inmobiliarias están a favor de que los bancos dejen a la gente a la intemperie, cosa que no creo, y que la madre de Ada Colau, sea cómplice de que esto se dé, cuando esta señora es una simple trabajadora. Si un trabajador fuera cómplice de los desmanes que pueda perpetrar su patrón habría que culpar a todos los funcionarios, a todos sin excepción, de ser coautores del desmadre ocasionado por el Gobierno de Rajoy, el patrón de todos los funcionarios.
Por otro lado también denuncian estos cavernícolas que Ada Colau no es propietaria sino inquilina. Con esto quieren dar a entender que no está legitimada por ser portavoz de la plataforma cuando esto es irrelevante. Lo de Ada Colau no es una intromisión, lo de esta mujer, ojalá salgan otras muchas a la palestra, que las hay y muy preparadas, lo de esta mujer, repito es pura y simple solidaridad, pero claro la derechona y los trogloditas no entienden no saben qué es ser solidario, ellos se solidarizan con los banqueros y con la Iglesia. Si Ada Colau, es una “intrusa”, alguien que se mete donde no le llaman, habría que retirarle los honores a Agustina de Aragón, por meterse en luchas que eran competencia de los soldados y ella no lo era. Lo digo por poner un ejemplo de que hay que respetar a las personas que luchan por los demás sin pedir nada a cambio.
Yo no sé si nuestros políticos, todos, son conscientes de que esto pinta muy mal, cuando se produce una estampida siempre son unos pocos los que dan comienza a ella pero poco a poco se va agregando el resto y al final arrasan todo lo que hay a su paso. Ojo, se están equivocando, los políticos, todos, claro. No ven más allá de la punta de su nariz o es que su prepotencia llega al punto de no saber, o de negarse a calibrar la capacidad de la gente que si bien le cuesta unirse en una lucha común al final siempre acaba haciéndolo. Y eso es cuestión de tiempo. Como este Gobierno es incapaz de asumir sus obligaciones y responsabilidades dice que combate los escraches apoyándose en la Ley Corcuera, aquel ministro del Interior de uno de los Gobiernos de Felipe González, ley que la derecha criticó muy duramente y que en lugar de haberla derogado el Gobierno de Aznar o el actual de Rajoy, la aplican ahora cuando durante la etapa de González y de Zapatero permaneció en el baúl de los recuerdos. Se dijo por parte de la derecha que lo que este ministro pretendía es que la policía podría entrar en cualquier domicilio dando una simple patada a la puerta sin más requisitos legales, y ahora vemos como la policía pone una escalera para entrar, abriéndose paso con la porra, por el balcón desde el cual los habitantes del piso se oponen a que los desahucien. Pero no ponen la escalera para sacar de sus casas a los corruptos y a los defraudadores. Lo que hay que ver.
Esto de mentar los cavernícolas a la madre de Ada Colau, me recuerda aquello que se contaba del cura de un pequeño pueblo que fue llamado por el obispo y cuando estuvo en su presencia el obispo le preguntó: “Dime hijo mío, que es lo que pasa en tu iglesia que siempre que comienzas la homilía dominical acaba en un follón descomunal”. “Mire señor obispo, esto no es para contarlo esto es para verlo”. “Yo le pido a usted que cualquier domingo se persone en mi iglesia, eso sí, de incognito y verá usted lo que pasa”. El obispo así lo hizo y se fue un domingo para el pueblecito sin anunciar su visita. Comienza al cura la homilía con estas palabras: “Queridísimos hermanos…” y sin dejarle seguir se oye una voz de un feligrés que dice: “Me la men… con las dos manos”. Ante esto el cura se percató de que el obispo estaba escondido tras un pilar y el cura dirigiéndose a él, le dijo: “¡Ve usted señor obispo, ahora yo me ca.. en su pu.. madre y ya tenemos armado el follón de siempre!”.
Yo creo que para evitar “follones” debemos dejar en paz a las madres de los demás aunque alguna de ellas pueda ser culpable, junto con el padre, de que determinados individuos estén en este mundo. Dicho sea con el máximo respeto.
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