El perro de Aznar
Lo de los paseos por la playa marbellí del perro de Aznar, por cierto suelto y sin bozal, todo ello prohibido y sancionable para todos menos para Aznar, creo que no habrá sorprendido a mucha gente, ya que esta forma de hacer no es otra cosa que una muestra más de la prepotencia y de la falta de respeto hacia los españoles de la que a diario suele poner en práctica la derecha de este país. La chulería es algo que, en mi opinión, guarda estrecha relación con su ideología.
La cuestión es que lo del perro de Aznar ha molestado mucho a los usuarios de las playas de Marbella, pero sin embargo a sus autoridades municipales, al Partido Popular, les ha sentado como agua de mayo y como respuesta a la indignada opinión pública han argumentado que Marbella es una “privilegiada” para tener visitantes de la categoría de Aznar. No entiendo muy bien a qué tipo de “categoría” se refieren ya que el término puede ser admirativo o peyorativo, yo me inclino más por esto último. Por otro lado pienso que a todos aquellos que vayan descalzados por la playa, como es normal, no les parecerá tanto “privilegio” el pisar la mierda del perro de Aznar, pero por lo visto para los que gobiernan el ayuntamiento marbellí la mierda del perro de Aznar puede generar riqueza y traducirse en empleo. Máxime si tenemos en cuenta que para el Partido Popular cualquier actuación es susceptible de crear empleo, no hay más que ver que hasta su reforma laboral dicen que está creando empleo, cuando llevando esta un año en vigor hay 800.000 parados más.
Pero mira por donde el que cualquier persona puede ser multada por hacer “pis” en la arena de la playa no va con el perro de Aznar que ya es reincidente pues en el verano de 2012 ya se “paseó” en la misma playa, pero claro como no le sancionan… a lo mejor es porque Aznar, con la prepotencia y la soberbia que le caracteriza, lo ve como algo normal, más aún si tenemos en cuanto cuando se permitió mostrar esa falta de respeto a aquella campaña de la Dirección General de Tráfico bajo el lema de: “No podemos conducir por ti” y “Si bebes no conduzcas” y Aznar, en un acto celebrado el 3 de mayo de 2007 en Valladolid donde le fue impuesta la medalla de honor de la Academia del Vino de Castilla y León, al igual que su perro se “paseó” sobre dicha campaña pronunciando aquellas célebres y lamentables frases de: “¿Y quién te ha dicho con conduzcas por mí?” “Déjame beber tranquilamente, no pongo en riesgo a nadie ni hago daño a los demás”. Añadiendo: “Las copas de vino que yo tengo o no tengo que beber déjame que las viva tranquilamente; no pongo en riesgo a nadie ni hago daño a los demás”. “A mí no me gusta que me digan no puede ir usted a más de tanta velocidad, no puede usted comer hamburguesas de tanto, debe usted evitar esto y además le prohíbo beber vino”. Todo esto fue respondido por la asociación “Stop Accidentes” que lo calificó como “una apología del terror”. En la foto que ilustraba a la noticia se podía ver a Aznar con una botella de vino en la mano, no sé si llena o vacía, pero después de leer lo que dijo me dio la impresión de que la botella ya había sido vaciada.
Acabo repitiendo el argumento dado por el Ayuntamiento de Marbella para justificar lo del perro de Aznar: Marbella es una “privilegiada” por tener visitantes de la “categoría” como la del expresidente”. ¿A qué nivel de categoría se estaba refiriendo el concejal popular?
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