Los bancos son ateos
Hace pocos días Mariano Rajoy, hacía una llamada para que el crédito fluyera a las pequeñas y medianas empresas, esto da pie para pensar que hacía un llamamiento a la banca pues no creo que estuviera pidiendo que el dinero fluyera de la “Fuente del Avellano”, aquella mítica fuente a la que se refería Antonio Molina, aquel que fue gran intérprete de la canción española ya fallecido, y que decía aquello de: ”¡Qué fresquita bajo hoy el agua del Avellano…!” o bien a esa otra titulada la “Fuente del Caño” del cancionero popular, que decía aquello de: “¿Dime dónde vas morena, dime dónde vas salada…? Voy a la fuente del Caño a beberme un vaso de agua, que me han dicho que es muy buena, beberla por la mañana”. Es posible que Rajoy estuviera pensando en estas dos fuentes porque a estas alturas no creo que pueda estar pensando aún que la banca va a repartir entre las pymes esos 40.000 millones que recibió del Banco Central Europeo avalados por todos los españoles. Ese dinero que cuesta a los bancos el 0,5% ya ha sido colocado por estos en la compra de deuda pública o soberana, como se le quiera llamar, ya que es más rentable pues percibe por ello un interés del 5% o más, es una inversión segura y sin correr el riego que puede conllevar el prestarlos a los empresarios. Es evidente que los bancos se aprovecharon del dinero del FROB y de la gestión que el Gobierno llevó a cabo con Bruselas para que el BCE habilitará 100.000 millones de euros de los cuales la banca ha utilizado, hasta ahora, solo 40.000. Este Gobierno no tuvo el cuajo suficiente para ponerle condiciones a la banca en el sentido de que la gestión ante Bruselas debería ser correspondida por la banca dando créditos a las empresas, se ha engordado a una vaca que solo da leche para alimentarse a sí misma.
El que también se ha referido a la necesidad de que fluya el dinero ha sido el ministro de Industria, José Manuel Soria, afirmando que no puede haber recuperación si las entidades financieras no conceden préstamos a las pymes. Soria dijo que el Instituto de Crédito Oficial (ICO) otorga a las pymes 30.000 millones de euros, esto está muy bien pero lo malo es que hay gestionar estos créditos a través de la banca y ahí es donde el crédito se “atasca”. También dijo Soria que los bancos tienen que conceder préstamos porque “esta es la función que las entidades financieras tienen en una economía de mercado”. Suenan muy bien estas palabras, pero si los bancos “pasan” de la economía de mercado, si no les da la gana de “soltar” el dinero ya me dirá el ministro.
Solicitó el ministro de Industria al conjunto de las entidades financieras que “velen por cumplir la sagrada función que tiene de canalizar crédito hacia las empresas, fundamentalmente las que constituyen del grueso de la actividad española, las pymes”. El ministro apela a lo sagrado a lo divino, a aquellos preceptos sagrados de “dar de comer al hambriento”, de beber al sediento y cubrir al desnudo”. Esto es imposible de lograr y no por nada si no por el hecho demostrado de que los bancos son ateos y lo sagrado y lo divino no va con ellos.
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