Senado y diputaciones ¿si o no?
Espero que si algún día se plantea en nuestro país, que se debe de plantear, sobre si Senado si o Senado no, no ocurra lo mismo que en Irlanda, donde inexplicablemente sus ciudadanos han rechazado mediante referéndum la propuesta del Gobierno formado por políticos de izquierdas y de derechas, es decir por las partes más interesadas en que cuantas más instituciones existan para “colocar” a su gente mucho mejor, de si se finiquitaba el Senado o no. El Ejecutivo irlandés defendía la desaparición de esta Cámara por considerarla inoperante y que no aporta nada práctico al conjunto de su país, pero los irlandeses han decidido que siga el Senado por el 51,7 % de los votos frente al 48,3 que estaban por su desaparición. Algo sorprendente máxime si tenemos en cuenta que es la primera vez que los políticos toman una decisión que más bien les perjudica que les favorece ya que esto les supone el perder algunos “sillones” donde “reposar” y cobrar por no hacer nada. Desde el enorme respeto que me merece el voto mayoritario he de decir que, en mi opinión, los irlandeses defensores del “sí” se han equivocado.
Aquí en España, aunque no se haya hecho públicamente, los ciudadanos, la mayoría, están por la desaparición del Senado, incluso exsenadores se han pronunciado en este sentido, o porque en él se haga algo que sirva para que el país funcione mejor y los ciudadanos estén, como corresponde a una Cámara de representación territorial como es el Senado, bien representados y que sus intereses sean defendidos por aquellos a los que votaron directamente, cosa que hasta ahora no se está dando. El Senado es un ente amorfo. Es una Cámara legislativa de segunda lectura que no obliga al Congreso de los Diputados que es la Cámara que finalmente decide. Al Senado se le da cuenta y punto, nada más. Sin ánimo de ofender a nadie hay que decir muy claramente que el Senado es una especie de centro de acogida donde van a parar todos aquellos políticos que ocupaban un cargo público y han dejado de ejercerlo y los meten en la Cámara Alta como si de un premio de consolación se tratara.
El pasado 24 de septiembre la Mesa del Senado aprobaba su presupuesto para 2014 por una cuantía global de 51.741.830 euros, más de ocho mil millones de las antiguas pesetas. Creo que con los tiempos que corren este dinero podría evitar algún que otro recorte en prestaciones vitales para la ciudadanía. Un apunte, California (EEUU) con cuarenta millones de habitantes tiene dos representantes en el Senado, aquí en España la provincia de Soria con alrededor de 100.000 habitantes dispone de cuatro senadores. Creo que todo esto merece un enfoque más serio.
Los españoles también se plantean si las diputaciones provinciales deben mantenerse a no. Son estas unas instituciones que en otros tiempos, cuando el centralismo alejaba a la Administración Pública de casi la totalidad de los pueblos de España., tenían razón de ser, pero ahora con el Estado de las Autonomías la cercanía de la Administración es evidente y por tanto esa dificultad ya no existe. Hoy, como en el caso del Senado, son como un Centro de Acogida para políticos en “vías de extinción” o “en la reserva”. Estas instituciones provinciales nos costaron en 2012 a los españoles la nada despreciable cifra de 5.382 millones de euros la mayoría de ellos se van en gastos de personal y de mantenimiento. En ellas se concentran casi un millar de diputados provinciales con unos sueldos bastante “dignos”. Algunos presidentes de Diputación cobran 120.000 euros al año y los diputados restantes no les van a la zaga. En España hay 41 diputaciones provinciales, tres diputaciones forales, más los cabildos insulares, administraciones estas que solo sirven para generar un derroche inútil de dinero que muy bien, y como en el caso del Senado, podría dedicarse a evitar recortes que están siendo muy lesivos para muchos españoles, para la mayoría. En épocas como la actual, e incluso en los tiempos de bonanza, hay que administrar bien el dinero de los impuestos, marcando prioridades y no efectuando recortes a tontas y a locas que nos han llevado al extremo de la destrucción del Estado del Bienestar y al empobrecimientos de millones de familias, mientras se mantienen instituciones que en nada contribuyen al desarrollo tanto social como económico de España.
Espero, pero tengo mis dudas, de que en España esto se plantee algún día, pero depende de los políticos, y tanto el Senado como las diputaciones provinciales son su pan de cada día, el eliminar ambas instituciones y espero que si esto llega a consulta o referéndum los españoles sean más consecuentes y coherentes que los irlandeses.
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