La Iglesia errática
Transcurridos miles de años desde el nacimiento de Cristo y muchos siglos desde la fundación de la Iglesia Católica, esta última no alcanza a tener muy claro cuáles son sus objetivos en lo que respecta a poner en práctica cuál debe ser su forma de hacer para atraer a las gentes hacia ella y acercarles a lo que representa o quiere representar, ya que por lo que se ve después de muchos siglos de vigencia y vivencias no tiene aún muy claro cuál es su verdadero cometido en lo que respecta a la captación de fieles y su cometido en la sociedad.
A continuación voy a relatar unos cuantos casos, salidos en prensa, que creo pueden servir de ejemplo a lo que antes me he referido. 18 de febrero de 2006: “El Arzobispado de Santiago endurece las reglas del bautismo”. “Prohíbe ser padrinos a divorciados y parejas de hecho”. 4 de febrero de 2010: “Un cura niega el bautismo a un niño porque su madrina está casada por lo civil”. No quiero entrar en muchos más detalles, creo que como ejemplo sirven estos dos casos, pero sí señalar el contrapunto y el sinsentido que se da este tipo de situaciones irracionales que van contra la captación y aumento de personas que pueden engrosar las filas del cristianismo. Solo señalaré dos y muy recientes. 12 de enero de 2014: “El Papa Francisco bautiza a la hija de una pareja casada por lo civil”. Mismo día: “El Papa Francisco bautiza a la hija de una madre soltera”. Ante esto cabe preguntarse si los que han errado son el Arzobispo de Santiago o ese cura de Coruxo (Pontevedra) o el Papa Francisco, en cualquier caso una cosa si está muy clara el Arzobispo y el cura restan y el Papa suma que es en definitiva de lo que se trata. Y lo más significativo, el Papa no discrimina a criaturas inocentes que desde su concepción lo han sido porque sus padres no han hecha nada vergonzante ni deshonesto. Mucho menos han ofendido a Dios, máxime si tenemos en cuenta a todos esos que están por la vida, pero que con un alto grado de fariseísmo le ponen condiciones a la forma en que hay que acceder a ella.
Los tiempos cambian, los tiempos son cambiantes y sus cambios son necesarios para que el mundo, la vida, siga adelante. No están lejanos los tiempos en que las mujeres tenían que asistir a misa con medias, vestido muy por debajo de la rodilla, manga larga, nada de escote y velo, manto o mantilla. El recato y las buenas formas, luego había que ver su comportamiento junto con su pareja en la alcoba, eran fundamentales, pero mira por donde nos ha salido un Papa, Francisco, que en esa ceremonia del bautizo de esa niña cuyos padres están casados por lo civil, dio permiso, durante la ceremonia, a las madres para que dieran el pecho a sus hijos dentro del adoratorio. “Si los niños tienen hambre, madres, dadles de comer sin pensarlo dos veces, porque son las personas más importantes que se encuentran aquí”. Les dijo el Papa Francisco. ¡Qué escándalo! dirían las pías señoras asistentes al acto, seguramente pensaban en sus esposos que muy posiblemente sean de esos a los que se les “remueve” la “conciencia” en cuanto ven al pecho de una mujer aunque sea alimentando a su hijo.
Para finalizar, relatar brevemente algunos casos en que profesoras de religión fueron despedidas y posteriormente obligadas por los tribuales a ser readmitidas, unas por “vivir en pecado”, por compartir su vida con la persona amada y otras por haber cometido el “grave” delito de haberse casado con un divorciado. Ha habido más casos pero con relatar solamente dos basta para que nos hagamos una idea del errático comportamiento de algunos de esos “santos” varones que se atreven a autoproclamarse representantes de Dios en la Tierra sin que en su persona y en su trayectoria moral y religiosa concurra mérito alguno.
Creo que las gentes de bien, creyentes o no, practicantes o no, tienen puestas sus esperanzas en que en la Iglesia Católica se produzcan cambios, que haya cercanía entre sus dirigentes y el pueblo y que lo que es natural nunca sea pecaminoso. Otro día les hablaré sobre el cinismo de todos esos que dicen que el aborto es un crimen y que ellos están por la vida. Las hemerotecas suelen ser, para ellos, la tumba donde se entierran sus falsos sentimientos, sus mentiras y sus infames críticas hacia los que también están por la vida y sobre todo por el derecho de la mujer a desear ser o no ser madre según las circunstancias. Les hablaré de esos que ahora se llenan la boca diciendo que la Ley del Aborto de 1985, la de los socialistas, fue aprobada por consenso, cuando a Felipe González, estos que ahora presumen de haberla consensuado, le llamaban asesino. Y, como es obligado, les hablaré de la retirada de que se pueda practicar un aborto por malformación del feto, como permitía la Ley de Zapatero.
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